La baja de última hora de Muniain por tortícolis, y la confirmación de la rotura fibrilar de Iraola dieron un aire fúnebre al prepartido en el coliseo blaugrana. Tal vez por eso dió la sensación de que el Athletic, más allá del espejismo inicial, no creyó de verdad nunca en sus opciones. Un par de regalos defensivos convirtieron la noche en un remedo de la final de copa, deseando a los 25 minutos que el árbitro pitara el final, o que, como en Vallecas, se fuera la luz. Y es que a uno le queda la sensación de que el Barça juega al gato y el ratón con un interruptor, cuando quiere arranca la motosierra y cuando quiere se echa una siestita. El 3-0 al descanso sin ver chutar ni una vez a puerta a los leones lo dice todo. Y el ver que salga a jugar el campeón del mundo Llorente es ahora sinónimo de pachanga y compadreo, es para hacérselo mirar. Cómo cambia la vida en nada.
Tres minutos les costó a los de Vilanova hacérse con la posesión de la pelota. La presión inicial al borde del área bilbaína hacía que fuera un triunfo pasar combinando de medio campo. Nada inesperado, lo del 95% de los equipos que pasan por allí a ser devorados. Al menos no se renunciaba a la impronta, aunque había algo de tensión que se notaba en fallar pases a cinco metros. Aún así a Iniesta le costó doce minutos chutar a puerta y probar a Gorka. Los culés buscaban en todo momento percutir por la banda de Ramalho, y el Athletic robar para salir en busca de Aduriz.
Un ecosistema en el que se vivió con suma comodidad durante 21 minutos. El problema en semejante averno son los errores, y otro balón parado permitía a Piqué abrir la cuenta en el 22. Iraizoz la deja muerta, pero una vez más el rival remata a placer y solo en el área pequeña. Incomprensible. Y ya se sabe como va esto. En el 24' Messi subía el segundo en doble colaboración con Amorebieta, que hoy era capitán. Dos goles rápidos y sin brillo, regalados, que noqueaban las opciones de hacer algo. Es lo malo que tiene últimamente jugar con este Barcelona, que los partidos se hacen eternos, cansinos, y no precisamente porque toquen mucho de forma horizontal. Sino por la falta de fe. En el 39' Iraizoz salvaba una ocasión de Cesc, luego Iniesta echaba fuera una buena dejada de Jordi Alba, en el 45' Messi pegaba un larguero y en el descuento Adriano hacía el 3-0. KO técnico al descanso, ¿normal ante el Barcelona?... sí, pero es que el Athletic no chutó a puerta en toda la primera parte.
Vista la cosa perdida y que no le habían puesto ni un solo balón Bielsa decidía dar descanso a Aduriz y darle 45 minutos al 'chantajeado' (?) Llorente. El opinador Vilanova cogió la indirecta de rendición y la segunda parte transcurría en un bostezo. En las gradas culés la duda era si era mejor que el derbi madrileño lo ganara el Madrid o el Atlético. Pero es que el Athletic es tan flete en defensa que casi sin proponérselo Cesc hacía el 4-0. Claro es que si te dejan llegar solo pues ya la echas dentro de la portería, total Iraizoz tampoco tapaba correctamente su palo...
En el 60' Llorente lanzó el primer tiro de los leones, se le fue arriba, pero al menos nos sirvió para usar el boli y el papel a la prensa. Mejor íba una posterior de Herrera que evitó tener que sufrir como la grada se divertía haciéndo la ola como en un partido del torneo interbares. Y ya en el 60' Ibai metía un gran gol del honor tras un magnífico control a pase de Iturraspe. Algo con lo que quedarse y que contribuirá a a hacérle crecer como futbolista, no en vano ha marcado esta liga en casa de Madrid y Barça.
Messi, camino del récord de Torpedo Müller, enchufaba por la escuadra y con la derecha el 5-1 para deleite de sus fans. Ahí Bielsa decidía quitar a Ramalho, que tuvo demasiados toros, y Tito metía sus tres cambios casi a la americana en apenas dos minutos. La verdad es que podía haber salido hasta Rexach, porque la estadística habló de 18 remates contra 4. Habrá que hacerlo mucho mejor el domingo contra el Celta en San Mamés, lo del Sparta pues como que..., en fin. 32 goles encajados en 14 jornadas hacen dormir al Athletic como el equipo más goleado del campeonato.