El Athletic pone la primera piedra de su resurgir ante el Celta

 
Asís Martín III BilbaoEl Athletic ha obtenido una importantísima victoria ante el Celta merced al noveno gol en esta Liga de Aritz Aduriz. El partido era clave para ambos conjuntos y ha estado presidido por la igualdad y la emoción hasta el tiempo de descuento. Se dejó la puerta a cero y Aymeric Laporte ha debutado en competición liguera.

Se supone que los partidos consecutivos ante Celta, Mallorca, Zaragoza, Levante y Rayo deben marcar el destino en esta Liga de los rojiblancos. De momento este domingo se ha puesto la primera piedra, muy sufrida, pero se espera que sea el comienzo del resurgir bilbaíno en la competición que da y quita. No ha habido demasiadas ocasiones, pero la necesidad era tal que ganar vale casi cuatro puntos. Aduriz ha sido el martillo al anotar el gol del triunfo. Así se une a la lista de los delanteros del Athletic que en los últimos 45 años han llegado a los nueve goles en la jornada 15: Ziganda, Urzaiz, Llorente. ¿Por qué se vendió a este hombre? Ha sido un domingo en el que también han dejado buenos momentos jugadores como Ekiza, San José, Ibai, Herrera o el joven Ramalho. El lateral de Lamiako ha hecho que nadie se percatara de la ausencia de Andoni Iraola. Y eso es mucho.

La suplencia, no inmerecida sinceramente, de Iker Muniain era el punto más sonado del once de Bielsa en una bonita tarde de diciembre. El ambiente, con mucho celtiña en la grada, acompañaba a un duelo de equipos necesitados y muy parejos. O eso decía la tabla. Los primeros compases hicieron bueno el aserto con una pelota constántemente dividida. De hecho los gallegos fueron los primeros en asomarse con un tiro que tapaba Aurtenetxe tras una jugada de Aspas. La verdad es que el menor de la saga, más allá de opinar sobre la internacionalidad de Susaeta, tiene madera de gran jugador. Iago estaba volviendo loco a Amorebieta quien aparte de tener una amarilla bien pudo cometer penalti en una mano con Bermejo a los 10 minutos.
Sufría el Athletic sin mando en plaza pese a los intentos de Herrera de poner orden. Faltaba decidírse a jugar al toque o directo, y el Celta estaba cómodo con el stock de balones perdidos que le llegaban a su centro del campo. Puede que fuera por la ansiedad que denunciaba Bielsa, pero los leones tenían serios problemas para dar pases correctos. De hecho perdió 20 minutos en ubicarse.
No lograba llevar peligro al área de Javi Varas pese a que un gran Ramalho puso varios balones interesantes desde su banda. Pero el del gol fue Ibai quien lo puso. Aduriz empujó a placer en solitario y con la cabeza en el minuto 33 la cuarta asistencia del de Santutxu para poner el 1-0 ante una defensa con un despiste supino.
El tanto aportó control a la alta posesión bilbaína para llegar hasta el descanso con un verdadero agobio sobre la meta gallega. Tanto es así que hasta Mario Bermejo acabó achicando balones como podía junto a Tuñez y Vila. Pero lo cierto es que la alabanza más certera era para el acierto 100% de Aduriz. Marcó el donostiarra en la única ocasión real que tuvo el Athletic en todo el primer tiempo aparte de trabajar de lo lindo entre líneas.
A la vuelta de vestuarios seguía el temblor celtiña y los de Herrera dejaban huecos donde ahora sí prosperaban los envíos de Ander Herrera. San Mamés pudo volver a degustar algunas buenas triangulaciones a las que sin embargo les faltaba el último pase. Y claro con lo que había en juego fue cosa de un cuarto de hora que los de la rianxeira fueran a por el empate. Herrera metía a De Lucas para buscarle las cosquillas a San José ahora que el balón no tenía dueño y Bielsa optaba por jugar con tres centrales. Percutían los visitantes pero topaban a menudo con un Jonás que hizo su mejor partido como león con una ventaja de varias cuartas.
El partido pasaba a animarse. En el 68' Lago salvaba bajo palos un cabezazo de Amorebieta, que estaba con ganas de marcarle un tanto a su paisano Tuñez; su vendetta por los estropicios que le hacen en el pelo en la 'vinotinto'. Y en el 70' Iraizoz salvaba un mano a mano con Kike De Lucas. Bielsa daría entrada a Muniain por un fundido Ibai, que hizo un partido muy correcto con varios pases con el exterior marca de la casa. La cortedad del resultado le puso un gran suspense a la recta final. El problema del cansancio y los espacios era bidireccional y la ruleta estaba en ver quien acertaba. Los puntos eran vitales y la tensión estaba en el aire, si hasta a Susaeta el incombustible se le subieron las bolas. El técnico de Rosario que habló en su día de jugar con algo de mezquindad, usó los dos cambios para perder tiempo, y hasta se formó una pequeña tangana con una lipotimia de Herrera en su cambio por Aymeric Laporte. En el 93' el danés Khron-Deli soltó un obús cercano al poste que dejó sin respiración a media grada. Pero fue el último cartucho, ganar se ganó y los tres puntos se quedaron en el botxo.  Que alivio.