"Se enteró de que me había recuperado de la grave lesión, hablamos y al final se ha cerrado", celebra ilusionado el centrocampista bermeotarra, que ha pasado la primera parte de la campaña en la Tercera vizcaína con el equipo de su pueblo.
"Quiero intentar hacer medio año bueno y después, a ver las opciones que tengo. Vengo de perder un año entero por una lesión, de bajar a jugar a Tercera, en Bermeo, que queda a desmano de todo el mundo... Es complicado volver a engancharte a la rueda, y creo que un equipo como este puede tener más salidas de cara al futuro", explica en declaraciones a Mundo Deportivo. El Lokomotiv, por su parte, busca en el exrojiblanco "madurez, empaque y sobre todo rigurosidad táctica, es un equipo muy joven".
La experiencia supondrá también un gran cambio en su vida, aunque no le asusta: "Me han dicho que está muy bien, la vida es muy similar a la de aquí. Los negocios, los comercios, los restaurantes... están abiertos hasta las ocho o así. La comida también es buena y me han dicho que la gentes es bastante abierta, así que no voy preocupado".
Lo más problemático puede ser la comunicación. "¡Igual tengo que hablar solo! (risas) Al menos hasta que aprenda el idioma. El georgiano no creo, pero sí inglés, ya lo he movido para estudiar, pero no tengo miedo ni estoy nada negativo con eso", insiste.
En cuanto a la reacción del Bermeo, club que estaba encantado de contar con su colaboración esta campaña, asegura que "se han portado de cine conmigo. Sabían que cabía la posibilidad, lo atamos antes de firmar, así que no ha habido ningún problema. El entrenador y el director deportivo han sido futbolistas, así que están más contentos que la leche. Les da pena, pero ya saben lo que es el fútbol y cómo están las cosas por aquí".