Su prestigio está fuera de toda duda. Pero en los últimos años se está produciendo una peligrosa dinámica. Los aficionados están perdiendo la costumbre de ir al campo. Ha dejado de compensar a muchos. Los inconvenientes horarios y el desorbitado precio de las entradas son las razones más importantes.
Solo cinco estadios consiguieron llenar al menos el 80% del aforo de sus respectivos estadios con regularidad el año pasado, según un estudio de Pluri Consultoría recogido por Expansión. San Mamés, caracterizado durante su siglo de existencia por el apoyo incondicional al Athletic, es uno de ellos. El contexto de crisis económica se ha notado, como en todos los sitios, pero los hinchas bilbaínos hicieron un enorme esfuerzo el pasado curso. No solo llenando el campo en la Liga, sino en los desplazamientos de su equipo por España y por Europa hasta las finales de Copa y Europa League. Este año las cosas no van tan bien, pero la asistencia también se mantiene por encima del 80%.
Los otros cuatro estadios que sobrevivieron a la crisis el pasado curso fueron los del
Real Madrid, Málaga, Atlético y Sevilla. El Barça fue el club que más aficionados llevó a su campo, unos 75.000, aunque esa cantidad supone el 75% de la capacidad del Camp Nou. Por su parte, el Getafe fue el equipo que jugó ante menos público, ya que su estadio no alcanzó ni el 50% de asistencia. Este año, a nivel general, los niveles han bajado un 10% y sólo Granada, Real Madrid, Málaga y Athletic superan ese 80%.
Cabe destacar que tanto la Bundesliga como la Premier League mueven más aficionados a sus estadios. Los grandes llenan el cien por cien en cada partido. Y el resto no se queda muy atrás. La razón principal es el precio de las entradas. En Alemania, un paín mucho más solvente económicamente que España, la media es de treinta euros. Incluidos los del Borussia o el Bayern. Una entrada para ver al Real Madrid en Granada cuesta entre 70 y 150. Y la del Valencia-Barça, de 55 a 160. Las diferencias son obvias. Además, los packs televisivos que ofrecen casi todos los partidos a bajo coste y los horarios fuera del fin de semana, que complican la asistencia, son otros factores a tener en cuenta en el peligroso descenso en las taquillas.