Y el del viernes fue mayúsculo.
El entrenamiento de la mañana en Lezama transcurrió con normalidad. Pero por la tarde, durante el partidillo, tuvo lugar un episodio que acabó con el delantero en la ducha antes de tiempo. Su pie derecho salió dañado de un fuerte impacto con Raúl en la salida abajo del portero para tratar de abortar la ocasión de peligro. Aduriz cayó al suelo con evidentes señas de dolor. Fue atendido inmediatamente sobre el césped y, acto seguido, se retiró al interior de las instalaciones. No volvió a salir.
Queda una semana larga por delante antes de la trascendental visita del Granada a San Mamés. Siete días de entrenamientos. Un trabajo, que al menos en el inicio, estará marcado por la incertidumbre del estado de Aduriz. La vuelta a Lezama, que será este lunes a las diez, arrojará más datos sobre la evolución del delantero.