El centrocampista de Igorre dio ese salto en el peor año de la historia rojiblanca. En la 2006-07. No había lugar para la paciencia. Hacían falta resultados inmediatos para salir de tan agónica y peligrosa situación, así que tuvo que hacer las maletas. Y, tras un año en el Conquense, fue reclutado por el Betis para el filial, para acabar dando el salto al primer equipo en 2010. "Aquí he logrado mi primer sueño, que era ser futbolista", subraya en declaraciones al programa Bisitaria de ETB-1.
"Ahora, ¿si voy a volver a jugar en el Athletic? Bueno, eso ya veremos", despeja, antes de añadir que "no es cosa mía, por ahora tengo contrato aquí, hay una cláusula, entre los equipos se deben poner de acuerdo, y luego...". Asegura, en cualquier caso, que está "muy a gusto" en Sevilla, donde le queda un año que "no tengo ningún problema en cumplir". Lo que no salió de su boca fue la palabra renovación. El Betis ha hecho varios intentos y, por el momento, no ha convencido al jugador.