Las meigas vuelven a castigar a un Athletic que mereció más

Se las prometía muy felices el Athletic desde el incio dando la sensación clara de superioridad desde el pitido inicial de Velasco Carballo. Los rojiblancos, fieles al estilo impuesto desde el principio por su entrenador, tocaban con cierta comodidad y llegaban con claridad a las posiciones de ataque. El Celta se veía sobrepasado por el fútbol de los 'leones', donde Gurpegui barría recuperando balones, Iturraspe, De Marcos y Muniain se asociaban con inteligencia en el centro del campo y Susaeta y Aduriz daban profundidad. Así, se sucedían las llegadas de los rojiblancos, aunque faltaba acertar con la meta de Javi Varas, que seguía sin tocar el balón. Unas veces porque las jugadas no finalizaban con remate y otras porque los rematadores no acertaban con el punto de mira. Sobre todo en el cabezazo de San José a los 11 minutos de juego al larguero a la salida de un córner. Tan solo habían pasado un puñado de minutos y el Athletic ya se hacía acreedor a ir por delante en el marcador. Nada nuevo por otra parte. Sin embargo, el balón a la madera ha hecho espabilar al Celta que sin un juego fluído ha comenzado a mandar en el terreno de juego y a dar sensación de peligro con varias llegadas que se han encontrado con un gran Iraizoz en la portería rojiblanca.
Iago Aspas, Augusto Fernández y Kronh Dehli capitalizaban el juego de ataque de un Celta que le iba cogiendo el ritmo al partido ante un Athletic transformado en timorato. La doble cara habitual de los de Bielsa volvía a aparecer y una vez más Iraizoz se erigía en el salvador del su equipo con meritorias acciones. El técnico rosarino que había apostado por Ekiza en el perfil derecho del centro de la zaga recibía la confirmación de su apuesta con la velocidad del navarro para contrarrestar a Iago Aspas. Lo mismo que San José se topaba con la madera, Ángel López se encontraba con la misma moneda en una de las llegadas de su equipo.
Eran los peores minutos del equipo rojiblanco que tampoco atinaba a defenderse demostrando que sufre como ninguno cuando tiene que replegarse. Tampoco el Celta realizaba un fútbol como para embotellar al rival pero el Athletic había reculado ya varios metros y se jugaba en campo propio.

 
Sin embargo, en el peor momento ha llegado una de esas jugadas que se ensayan día sí y día también en Lezama. Al toque y raseando el balón Ekiza se la ponía en largo a Iturraspe, que con un taconazo de espaladas cedía a Aduriz que veía la entrada de De Marcos en el área y esta vez sí definía por arriba ante Javi Varas haciendo el tanto del Athletic.
La primera parte no daba para más y aunque con cierta igualdad en cuanto a ocasiones, sí daba la sensación de la mayor validez de las de los rojiblancos.
Tras el paso por vestuarios, el Celta, que sabía lo que se jugaba en el envite, adelantaba líneas y trataba de llegar para empatar el partido a las inmediaciones de la portería de Iraizoz. El guardameta navarro volvía a mostrar sus paradas al público de Balaídos a disparos de Iago Aspas, que continúaba siendo el jugador más desequilibrante en el Celta.
El Athletic también respondía por mediación de Aduriz que telegrafíaba su remate de cabeza para que Javi Varas se exhibiera con una 'palomita'. No sería, sin embargo, la ocasión más clara del delantero donostiarra que inexplicablemente fallaba en el minuto 66 un gol cantado solo en boca de gol en el segundo palo enviando fuera una pelota que solo podía ir dentro tras una gran combinación entre Muniain y De Marcos. El joven jugador navarro había centrado su posición minutos antes tras el cambio efectuado por Bielsa dando entrada a Ibai en lugar de Iturraspe. Precisamente Ibai Gómez también gozaba de dos claras ocasiones de gol. En la primera se volvía a topar con el larguero tras un disparo con la zurda. Una jugada del 'clásico' Athletic con un balón largo de Iraizoz peinado por Aduriz que deja a Ibai para el disparo al larguero en el área viguesa. La segunda oportunidad para el de Santutxu llegaba solo cinco minutos más tarde y en un disparo desde el punto de penalti el balón se marchaba alto por encima de la portería de Varas.
El Athletic al igual que en Riazor dejaba marchar la oportunidad de sentencia del partido y de los sufrimientos ligueros con su inoperancia en ataque, una cosntante en el equipo de Bielsa, que juega más de lo que logra.
Abel Resino solo encontraba en los cambios el oxígeno necesario para su equipo que se veía desbordado por el vendabal ofensivo y de ocasiones claras que desplegaba el Athletic. El siempre batallador Mario Bermejo avisaba con un cabezazo a la salida de un córner que se perdía a la izquierda de la portería de Iraizoz.
Pero si hay una máxima en el  mundo del  fútbol y que el Athletic conoce bien en sus propias carnes es que quien perdona lo acaba pagando y esta noche no ha sido una excepción. El Celta en uno de sus arreones ha aprovechado la velocidad de Aspas, a quien le ha beneficiado un rechace para marcharse de San José y Ekiza y batir con un disparo cruzado al guardameta rojiblanco. Un buen gol que igualaba el encuentro y cambiaba la fisionomía del mismo a falta de unos diez minutos para el final del mismo.
La afición del Celta exigía a sus jugadores que a su vez se venían arriba tras ir toda la segunda mitad a contracorriente y haberse visto sentenciados. El Athletic, por su parte, se veía tocado una vez más en su ideal futbolístico al que no le sacaba los réditos necesarios. Esos diez minutos no dejaron tampoco la sensación de que ninguno de los dos se pudiera llevar más que el otro el encuentro. Pero es que el Athletic ya había desperdiciado infinidad de ocasiones para hacerlo. Las meigas vuelven a truncar un nuevo triunfo del Athletic en tierras gallegas y la salvación definitiva deberá seguir trabajándose en las próximas jornadas, por cierto, ante rivales igual de necesitados que el de esta noche como Mallorca y Zaragoza.