El club jarrillero tenía que recurrir reiteradamente a la megafonía para retener a los ilusionados pequeños seguidores fuera del terreno de juego. Alguno se atrevía a pisar el césped tímidamente en el calentamiento. Mucho más significaiva era la invasión en el descanso. Y ya al término del encuentro, los jóvenes seguidores se lanzaban al verde para lograr una instantánea o un autógrafo de sus ídolos.
Entre los más reclamados estaba Fernando Llorente, bien acogido por el público, que les atendía amablemente. También Bielsa y el local Erik Morán mostraban su mejor sonrisa ante las masivas peticiones. Casi todos los jugadores tenían algún detalle con los aficionados.
Las imágenes de la euforia de los jóvenes aficionados: