por eso siempre me admiró que San Mamés reconvierta los momentos de necesidad de su equipo. Reacciona dando la mano para que no caigas, para que no te ahoges, y eso da mucha seguridad a los que están compitiendo", subraya.
Una esencia que, a su juicio, se trasladará con su gente al nuevo estadio. Porque recuerda que "un estadio no es por sí mismo sino por quienes lo ocupan. Lo que lo hace histórico no es la arquitectura sino lo que pasó allí, la conclusión de lo que dan los jugadores y el público presente. Esa simbiosis, esa química, se trasladara al nuevo estadio".
El viejo, por su parte, verá crecer su dimensión en la memoria de quienes lo conocieron, lo disfrutaron y lo admiraron. "El símbolo sigue vigente y multilica su dimension en el recuerdo. Al ser recordado y no poder ser observado va a aumentar las sensaciones que produjo miestras tuvo vigencia", concluye.