Fue un encuentro con lecturas, como la titularidad de Oscar De Marcos como delantero centro en detrimento de Aduriz, el regresa de Saborit al equipo y de Laporte a su sitio. De la consolidación del buen momento de Gorka Iraizoz tras la medicina del banquillo, o de la sustitución de Beñat, Herrera y Muniain cuando el equipo no carburaba en casa.
Valverde dió un golpe de timón cambiando el estilo, en un retorno a la épica y el fútbol directo, acabando con dos delanteros y lo cierto es que le trajo resultado positivo.