El tráfico de futbolistas en las distintas plantillas provoca que cada club calibre el gravamen de sus operaciones, ya que implica inversiones de más del 50% de los ingresos totales de sus arcas. Para la temporada 2013-14, Real Madrid y Barça abanderan la lista de gasto en fichajes, por lo que repiten ránking en cuanto al tope salarial de sus plantillas, con hasta 190 millones de euros. El Atlético es el tercero en discordia, con un total de 66 millones, seguido por un Valencia (50) y Sevilla, con 45. Detrás del grupo de clase media en el que se encuadra el Athletic, se ubican Osasuna, Getafe, Granada, Espanyol y Betis, con sueldos comprendidos entre 14 y 23 millones. Los equipos más modestos descienden su tope salarial a cifras más discretas, en torno a los 11 y 14 millones. Un lote que conforman Almería, Rayo, Valladolid, Levante, Elche y Celta, según publica la web Fútbolfinanzas.
Con el Fair Play Financiero implantado por la UEFA, equilibrar las finanzas se convierte en una prioridad. La LFP y el Consejo Superior de Deportes (CSD) acordaron imponer el tope salarial, fijando un presupuesto de ingresos basados en información histórica, contratos y gastos no deportivos. El límite de coste de cada plantilla no puede rebasar el 60% de los ingresos para no salirse del carril del determinado juego limpio de las finanzas.