El canterano, sonriente y afable, entiende que Laporte se escorara al lateral izquierdo pese a su presencia en el equipo: “Son decisiones del entrenador, él elige uno del once, trabajando para intentar estar en el equipo”. Desvela que Ernesto Valverde, que en cada sesión dialoga con él, le reclama funciones dependiendo “del partido”. “Unas veces te pide unas cosas y en otro partido, otras, pero en general que sea yo mismo, que trabaje defensivamente y me prodigue en ataque”. Aunque tiene claro que su alegría de remontar la banda se coarta en la élite: “Lo primero es guardar mi cueva, intentar ser más fuerte defensivamente”, reconoce.
Sobre el cacareado debate del maldito lateral zurdo, Saborit orilla la cuestión: “Siempre lo ha habido, pero también a otras zonas del campo”. De su actuación en Anoeta ante Osasuna, su debut de Liga, y el de Valencia en San Mamés, se queda con el segundo: “Estoy más satisfecho”. Su experiencia en el vestuario del primer equipo es excelente: “Muy bien, aquí, como en casa, te tratan como uno más, aún mejor a los que venimos de abajo”.
Separa en cierto modo los dictados de Ziganda y Valverde: “Igual a uno le gusta más directo, a otro elaborar, pero se trata de que el final intentar jugar lo más posible”. Guillermo, Aketxe o Guarrotxena pueden ser los siguientes en ascender, aunque Valverde quiere gente más bregada: “Es muy complicado, deben seguir trabajando porque lo están haciendo muy bien”.