Laporte, que formó pareja con San José, se desdobló en defensa para tratar de atajar las acometidas ofensivas de Messi, Pedro o Alexis, derrochando calidad, colocación y velocidad a partes iguales. Sobre todo levantó la admiración en un par de lances en los que robó el esférico al astro argentino, poco acostumbrado a que zaguero contrario tan talentoso y encima de perfil zurdo. Un gallo con nervios de acero.
El Barça encarará una profunda reestructuración la próxima temporada, sobre todo en el centro de la zaga. Con la retirada de Puyol, y que Mascherano no sea un central específico, se prevé uno o dos fichajes para apuntalar esa posición. Laporte, con contrato en el Athletic hasta 2018, y esos 36 millones de cláusula, es uno de los mejores colocados. Se está valorando su caso en el organigrama técnico del Barcelona. PSG y Manchester también le han testado, aunque el internacional Sub-21 galo sigue a lo suyo, seguro y descarado, pese a su insultante juventud.