La escasez de centrales de calidad en España, más los problemas físicos de Piqué permitió que San José, habitual en las selecciones inferiores, la alternativa en un amistoso en el que además arrancaba la revolución del técnico salmantino, tirando de jóvenes debutantes (De Gea, Carvajal y Alcácer) y de un Raúl García en su segunda juventud. San José formó en una defensa inédita, con Carvajal, Sergio Ramos y Azpilicueta por la izquierda, justo después de renovar cinco temporadas más en el Chelsea. El zaguero de La Txantrea fue el hombre más atrasado, tapando huecos y auxiliando a sus compañeros cayendo a las bandas por piernas. Se le vio concentrado y tranquilo, cortó en más de una ocasión a Benzema y a Remy, que sin embargo en el minuto 72 anotaba el único gol del envite. A partir de ahí, España, que había dominado con su clásico juego de combinación, pero sin gozar de ocasiones claras, se desdibujó y San José tuvo que salir en corte de manera providencial en un par de contragolpes de los galos. Iturraspe jugó en la segunda parte, aunque no participó demasiado en el juego.