"Se lo dedico a la gente que ha confiado en mí en momentos no tan buenos, en mi novia que me aguanta todos los días, y a mis compañeros que me han animado todos los días", se soltaba Borja Viguera, como si se hubiera quitado un nudo del estómado tras su gol con el Athletic. No obstante, más reposado, reflexiona: "Con el 90% o el 95% en Primera no se llega", se sincera.
Viguera no cabía de gozo después de batir a Kiko Casilla con un tanto marca de la casa: "Muy feliz y muy contento, con ganas de que llegaran los goles, ha llegado y ojalá que lleguen muchos más que sirvan para sumar de tres en tres". En la acciòn del gol, Aduriz baja el balón, lo controla, lo conduce, Viguera le acompaña, encara el descarte, recepciona y define con pericia: "Adu hace que un balón que baja del cielo te lo pone para que siga el juego, me ha metido un pase perfecto que sólo he tenido que definir delante de Casilla", rememora. El punta riojano compaginó ante el Espanyol la banda derecha, el centrodelantero y la izquierda. Viguera es disciplinado: "Me encuentro muy a gusto en cualquiera de las posciones en las que he jugado, cuando estoy en contacto con el balón me encuentro a gusto, cuando el equipo lleva la iniciativa me encuentro a gusto". Ayuda que el Athletic carbure en Liga por fin: "Estamos en una racha muy buena, tenemos que exigirnos porque tenemos mucho margen de mejora. Esta es la línea a seguir". Reconoce que la adaptación a la élite apareja un arancel: "Es complicado cuando vienes de jugarlo todo en Vitoria, de hacer muchos goles, pero el Athletic es un club tan grade sabía que era complicado". Viguera, reitera, que en unos meses de falarse en Lezama, no ha "bajado la cabeza, en Valencia tuve la oportunidad, ante el Espanyol también y espero seguir mejorando". En Ucrania, concluye, tira de casta colectiva: "Ojalá nos llevemos los tres puntos, se está viendo a otro Athletic", zanja.