Imanol Agirretxe siempre ha sido un peligro para la integridad de la portería del Athletic, sobre todo en Anoeta, donde se mueve a sus anchas y despliega todo su talento en el remate. El ariete de la Real sufre una rotura fibrilar de grado II en el bíceps femoral del muslo derecho, la misma zona que a Aduriz le ha mantenido en boxes y que ahora felizmente se ha recuperado para el derbi de Anoeta.
Lo cierto es que la Real sufre una especie de Agirretxedependencia como se ha corroborado en el sinuoso recurrido liguero del equipo donostiarra, que tras perder en Villarreal sin el propio Agirretxe, además no podrá contar Moyes para el envite del domingo con otros cuatro tocados: el lateral Zaldua, con un esquince de tobillo, el central Mikel González, operado el 21 de noviembre para drenar un absceso retrofaríngeo, el volante de contención, vital como sostén blanquiazul, Markel Bergara, por una rotura en el tríceps sural de la pierna derecha, el también centrocampista Elustondo, con un esquince del tobillo izquierdo. Agirretxe, con una cláusula de 30 millones, siempre ha gustado al organigrama rojiblanco, pero su alto coste y su implicación el club de sus amores han abordado cualquier acercamiento serio. Kike Sola fue el elegido como alternativa, pero Valverde no termina de contar demasiado con el delantero de Cascante.