Beñat Etxebarria, uno de los activos del Athletic Club en el partido de ida de los octavos de final de la Europa League en Turín, cumple 28 primaveras en las horas previas al choque ente el Torino. El volante de Igorre, de la generación del 87, espara celebrarlo venciendo y en el once inicial, en que podría formar triñangulo en la sala de máquinas con San José y Mikel Rico, aunque con permiso de Unai López.
Su segunda campaña tras su retorno a Lezama está resultando sin embargo irregular para el ex centrocampista de Conquense y Betis, apareciendo y fallando en las alineaciones y alternando pinceladas de su innata calidad con partidos contagiado del espeso juego del resto del equipo. Valverde le pide un punto más, una marcha más a su fútbol reposado y de visión. De hecho ha disputado 16 partidos de Liga, 5 de Copa y 7 de Europa sin ser titular indiscutible en ninguna de las tres competiciones. El técnico rojiblanco no le ve haciendo las veces de Iturraspe, sino de Rico o sobre todo de mediapunta, donde se pierde en el juego de espadas. Donde rinde el internacional es con metros por delante, donde saca su escuadra y cartabón para repartir juego y trazar milimétricos balones interiores. En Turín se le presenta una nueva ocasión de reivindicarse con los meritorios ya colándose en la madurez de su carrera. El Athletic le necesita.