La obligación de ganar al colista siempre es un arma de doble filo. Mucho más si el colista es un filial y la dificultad se multiplica por diez si es el del Athletic Club. El ADN de los cachorros y su descaro por jugar al fútbol se vio sobre el césped de La Romareda desde el primer minuto. El Real Zaragoza quería imponer su jerarquía, pero se encontró con un rival que le hizo ganársela. Pese a ello, 2-0 y el equipo de Ziganda anclado al sótano de la tabla y a 12 puntos de una salvación imposible.
Los dos equipos salieron a disputarse la posesión del balón y el dominio del partido. Los de Ziganda sacaban el balón jugado y sin buscar el pelotazo y el plan de Carreras era presionar en el centro del campo, recuperar la pelota y pillarles descolocados. En una de esas acciones, Lanzarote sacó el guante que tiene en su zurda para habilitar a Dongou delante del portero Ramiro, pero el remate del delantero camerunés pareció precipitado y no encontró portería.
La acción del Zaragoza encontró respuesta enseguida y Manu Herrera tuvo que desbaratar un par de acciones en las que los cachorros buscaban su gol. Los más peligrosos eran Aketxe y Santamaría. Mientras tanto, los locales buscaban fluidez y buena circulación, pero el triángulo formado por Morán, Ros y Culio no funcionaba.
Lo mejor estaba en las bandas, Hinestroza volvía al equipo tras lesionarse la rodilla ante el Alcorcón y tras perderse la batalla de Ponferrada y lo hizo con mucha fuerza y ganas. En un envío del colombiano, Ros y Lanzarote combinaron en la frontal del área para que el catalán, el mejor del partido, encontrara la escuadra de la portería vizcaína y hacer un 1-0, que calmaba las ansias por la obligación de ganar al último.
El filial del Athletic no cambiaba su guión y trataban de encontrar la portería contraria con criterio. Pero las mejores acciones ofensivas eran del Zaragoza. Dongou volvió a probar a Remiro y Cabrera remataba todas las acciones a balón parado. Sin embargo, volvió a ser Lanzarote el que más hizo trabajar al portero vasco con un remate de volea que le creó muchos problemas.
De esta guisa se llegaba al final del primer tiempo con muchas incertidumbres en el juego local de cara a la segunda parte, pero con la tranquilidad de afrontarla con el marcador a favor.
Las arengas en el vestuario hicieron más efecto en el colista. Los visitantes salieron a buscar el partido y estuvieron a punto de conseguirlo en un mal despeje de Manu Herrera en el que Santamaría no estuvo rápido para hacer el gol del empate. El partido se jugaba más cerca de la portería zaragocista y no había manera de sacudirse el dominio de los vizcaínos.
Carreras cambió a Culio que había bordeado la expulsión y buscó el recambio más natural con Diamanka. El panorama no cambió y el Zaragoza solo se asomó a los dominios de Ramiro en una buena incorporación de Isaac Carcelén. Pero el partido estaba peligroso para los locales. Las posesiones eran muy cortas y el Athletic atacaba sin complejos.
Pero a veces, las sensaciones no van unidas a los acontecimientos. El Real Zaragoza salió a la contra un par de veces con peligro y hasta la grada pedía más ambición. En otra buena subida de Isaac, otro de los destacados de este partido, el lateral gaditano encontró a Pape Diamanka, quien no perdonó desde el punto de penalti para hacer un 2-0 que era más coherente con la clasificación de ambos equipos que con el juego exhibido.
Alineaciones:
Real Zaragoza
Manu Herrera; Isaac, Guitián, Cabrera, Rico; Erik Morán, Culio (Diamanka 54'), Javi Ros; Lanzarote (Tarsi 78'), Hinestroza (Abraham 86') y Dongou.
Bilbao Athletic
Remiro, Ramalho, Etxeberria, Saborit, Óscar Gil, Iriondo (Córdoba 78'); Vesga, Unai López, Guarrotxena (Oteo 46'), Santamaría (Villalibre 60'), y Aketxe.
Goles 1-0, Lanzarote (23')., 0-2, Diamanka (72'). Árbitro: J. Ramón Piñeiro Crespo, colegiado del comité territorial asturiano.
Tarjetas: Etxeberría (12'), Culio (37'), Guitián (45'), Isaac (61')., Hinestroza (65').
Incidencias: Unos 16.000 espectadores en La Romareda.