La distancia entre el colista y el líder, la que seperaba al Bilbao Athletic y al Leganés, fue mínima el pasado lunes en San Mamés, aunque suficiente para inclinarse la balanza. Apenas seis días después, el equipo de Ziganda se mide a otro pormocionable a Primera, el Real Zaragoza, con más caché y con una jornada menos. La Romareda representa (20 h.) el último tren a donde asirse mientras las matemáticas mantengan al equipo a flote en la Liga Adelante.
Un Real Zaragoza que lucha por reverdecer viejos laureles en una Segunda que no perdona, muy equilibrada: "Han formado un gran conglomerado entre todos para ser uno de los favoritos para el ascenso, vienen de menos a más, en buena dinámica, buen juego y mentalmente fuerte", describe Ziganda que reclamará esta tarde noche que su joven formación mejore exponencialmente a defender sin balón.
Pese a que brotan más goles en el filial, con más oportunidades de cara al arco contrario, en la parte defensiva se conceden demasidas facilidades para encajar. Ziganda recupera para la causa a los jóvenes Villalibre y Córdoba y Yeray ha estado entre algonodes por culpa de su maltrecho hombro. La ausencia del delantero se ha echado en falta, ya que Santamaría era el único punta específico.
Aunque la Liga se acaba, Ziganda sigue pensando en la formación, en el bien común para alinear a los que considera promocionables. Delante, en el Zaragoza del exleón Erik Morán y del ex del River Diamanka, regresan Lanzarote, Hinestroza y Culio; por contra, el sancionado Dorca, y el lesionado Pedro se quedan fuera de los planes del técnico del equipo maño Lluis Carreras, que ha selañado que a Aketxe "no se le puede dejar ni un metro".
El espectáculo está servido entre el equipo local que necesita vencer y no rehuye tomar el mano y un descarado filial que ya tiene poco que perder y mucho que mostrar, eso sí con más tiento cuando el contrario se adueñe del cuero.