Como cada semana de la Aste Nagusia de Bilbao, la plantilla, cuerpo técnico, equipo Femenino y empleados del Athletic Club acuden fieles a su cita con la Amatxo de Begoña en una ofrenda floral para solicitar a la Virgen éxitos en la nueva temporada ya arrancada en Gijón. Iraia Iturregi entregó un balón como presente y Gorka Iraizoz una camiseta rojiblanca, en presencia del párroco José Luis Achotegui, que recibió emocionado a la comitiva en el hall de la famosa Basílica de Begoña
Una primera plantilla, comandada por Valverde, que subió desde San Mamés, sin Laporte que comparecía en rueda de prensa, a eso de las 13:35 h. para alborozo del público congregado, menos que otras edicciones, en los aleñados de Begoña. Achotegui ofició una misa espress de apenas un cuarto de hora, con discurso protocolario del presidente, Josu Urrutia, que quiso acordarse de los "fallecidos en el último año de esta gran familia" y agradecer "el aliento de toda la gente que nos sigue y que ha confiado en nosotros". Un Urrutia que recordó que últimamente se ha acudido con la Liga del Femenino de Joseba Aguirre y la Supercopa del Athletic dedicada a la Virgen de Begoña. Por cierto que el párroco se abrazó con Iñaki Williams, por aquello de los últimos gritos racistas y por lo religioso que es el delantero.
Tras la veloz misa, los jugadores fueron desfilando por el templo antes de mostarse al autobús mientras se paraban para las fotos y vídeos que los aficionados les fueron reclamando a su paso. Junto a ellos directivos, delegados, fisios, médicos y empleados del club de Igaigane.