Dos semanas frenéticas por tierra, mar y aire... hasta completar una 'Odisea' de 8.000 kilómetros soltando amarras y arribando a puertos a los que no se acercan 'maromos', siempre igual, siempre distintos, como les sucede a grumetes, marineros, marinos y capitanes, sino embajadores de los equipos a los que tienen que enfrentarse en estadios del todo disímiles, ora de hierba natural o de artificio, ora largos o cortos, estrechos o anchos, "ora et labora" el Athletic Club en vestuario y con el cielo como techo....
Sondika, Sevilla, Bilbao, Loiu, Badajoz. Carretera y manta. Echarse un sueñecito no está mal. Aviones que en el aire se sostienen celebrando en cada vuelo ese milagro que para uno es no caer, flotar en el aire sin que nada ni nadie los sostenga, Pegado alado, mitológico caballo que se pone al servicio de una manada de "leonas al poder" sin esperar por el favor ni un fajo de hierba fresca, jugosa y tierna.
El pasado diez de este mes de octubre se puso la cuadrilla a la altura de las nubes... y un impulso más hasta terminar posada sobre ellas para beneficio de ese pájaro de metal que me sigue fascinando...
Fue así que las futbolistas se elevaron como en mariana, santa, virginal ascensión pero sin la presencia a su lado de apóstoles de los que despedirse no sin antes haberles prometido que allí, en aquella posada adonde ellas se dirigen les prepararía moradas para el buen acomodo. No es la Biblia, en el aparatado del Nuevo Testamento. Es mitología. Texto profano, hermosa herencia que del sabio pueblo heleno recibimos sin pagarles nada a ellos por los derechos de autor... Hablemos de nave. Barco velero al capricho de los vientos.
... Hablemos de un capitán obligado a interpretar el papel de ULISES, héroe homérico cuyo punto débil no es su talón, como le sucedía a Aquiles, sino el entramado ligamentoso de las rodillas de sus pupilas, 'niñas de sus ojos' que con cariño, mimo y buena mano en los campos de Lezama se esmeran en dilatar...
Joseba Agirre tripula, pilota, dirige, maneja, timón del que no se puede despegar ni de día ni de noche... termos de café solo y muy puro junto a los libros donde se escriben los pasos a dar cuando llegue la partida. No espera mala mar, ni motín a bordo, en esencia porque, a falta de sirenas que le salten por proa, popa, babor o estribor, no habrá cantos que, por ese miedo al despiste, le obliguen al experto marino a taponar los oídos de sus leonas con la cera que al caer Icaro al mar quedó flotando en el agua cual juguete de las olas...
Leonas en un barco. Donde se vio imagen semejante. Leonas que, tras el primero de los zarpazos que dejó herida a la diosa 'Fortuna' en el templo sagrado de la Catedral de San Mames (Pitxitxi fue testigo, se lo prometo), se disponen a no desperdiciar la ocasión que les ha regalado la vida.
"La Ocasión la pintan calva", se dice. OCASIÓN, así, como ustedes lo están leyendo, con mayúsculas, toda ella, de palabras, una a una, Ocasión, diosa tan afín a Fortuna que con ella la confunden, la de un solo mechón en su testa, a ese trozo de pelo tendrán que asirse las futbolistas de Josebaja Agirre del mismo modo que el que no quiere morir, sino seguir enraizado en esta selva, cruel pero hermosa, que es el fútbol, cuando este bello juego que inventaron los ingleses te obliga a vivir inmerso en apasionante Odisea que desde Lezama parte para posarse en Albor, cemento de un aeropuerto, a 52 kilómetros de Hjorring, 25.000 almas, dos tercios más de los que nos acercamos a San Mames para disfrutar el dos a uno del partido de la ida.
Será hoy, 12 de octubre, cuando, a partir de las siete de la tarde, hora de Licenciado Poza, las leonas del Athletic, firmes en la sabana danesa, mirándole al mismísimo rostro a la diosa, le tendrán que decir a Fortuna que, en el nombre de San Mames, y bien agarradas al mechón de la calva 'Ocasion', se preparen para, al final de la partida, bien metidita la noche, acercarse a la bahía del puerto de Copenhague, Parque de Langelenie, y sentarse a llorar a moco tendido, junto a la Sirenita de bronce que esculpió en 1913 el nativo Edvar Eriksen. Ya se están vendiendo pañuelos en las calles de lo viejo de Hjorring. Para enjugarse las lagrimas por el llanto de la derrota...y por la eléctrica emoción de una victoria memorable.
Paseito mañanero por Hirtshals, acompañadas por #kennyinthebeach pic.twitter.com/5CDlEaEoZ2
— Ainhoa Tirapu (@AinhoaTirapu) 11 de octubre de 2016