En la primera de las dos temporadas que Cuco Ziganda tiene firmadas con el Athletic Club de la mano de Josu Urrutia, se ha hablado mucho de (falta de) juego, de sistemas, de lesiones, pero muy poco de goles, una palabra casi tabú esta campaña en San Mamés, donde la afición rojiblanca está pasando del enfado al hastío por semanas.
Hay que tirar de histórico para situar en el foco lo que ocurre, al menos de momento, en esta 2017/18 donde los problemas en ataque se agigantan, ya que hablamos de un equipo que casi vive en exclusiva de un delantero, letal pero, de 37 años cumplidos hoy mismo, Aritz Aduriz, autor de cuatro dianas como local.
De entrada hay que decir que el Athletic es el equipo de Primera División que menos goles ha marcado como local (8) en el presente curso, algo llamativo cuando nos hemos pasado décadas oyendo citar el fortín de San Mamés y su valor como granero de puntos. Por tanto es la peor cifra de su larga historia. Pero claro, no todo es malo, al menos los contrarios tampoco gozan en la Catedral: San Mamés es el campo de Primera donde se han visto menos goles (14). También, a su vez, la cifra más baja de la historia del Athletic. Los 24 goles encajados en la jornada 23 son en efecto el mejor dato en 10 años. Con todo el dato más relevante son los pocos goles encajados en Bilbao. Los 6 goles recibidos en 11 partidos son el mejor dato en 22 años, y las 7 porterías a cero el mejor en 40 años. Por contra se ha quedado cinco veces sin mojar ante la parroquia.