Aitor Larrazabal narra la actualidad de un Barakaldo que noqueó al Racing y que se encuentra a 6 puntos del playoff de ascenso: “En casa estamos bien, con un equipo reconocible, intentos, con mucha actitud, y fuera nos está costando un poco más”. En este sentido lo achaca a cierta “inexperiencia, falta de personalidad en algunos jugadores ya que tenemos un equipo bastante joven para no ser un filial”, señala.
Reconoce Larrazabal que se cruzan con el momento “más importante” del curso, y que es este último tercio del curso en el que tienen que mostrar “más intensos, es donde debes dar el callo. Hemos ganado a Mirandés y Racing en casa y tenemos Peña Sport e Izarra seguidos donde nos jugamos media Liga”, enumera esperanzado. La presión en Barakaldo existe por escalar a la zona noble, por lo que hay jugadores “que lo notan y otros que lo agradecen”. Por su parte, lanza Larrazabal, “me gusta la presión, siempre me ha gustado. No sé si me acostumbré desde que chutaba penaltis con el campo lleno. Merced a eso te vas curtiendo”, relata el técnico de Loiu, de 47 años, que matiza cómo “no hemos perdido la fe en ningún momento”.
Arriba, Buenacasa y Ander Vitoria han anotado más del 50% de los goles fabriles, con Jorgi Oteo rindiendo en banda: “A Ander y Iurgi ya los conocíamos, nos están ayudando mucho y Sergio era una apuesta personal de Zurimendi y mía; tiene minutos para demostrar la calidad que tiene, Ha crecido en su rendimiento”, describe el técnico fabril. Afirma que todos se van “amoldando” a la institución y que “no sería un fracaso” no clasificarse para el playoff. “Plantilla muy nueva y se viene de un puesto 14 con 49 puntos. Quedan 27 puntos y luego ya veremos qué es una decepción y qué no”. Larrazabal espera que en Tafalla el domingo “no nos pinten la cara” por pensar que “somos más guapos” por noquear a Mirandés y Racing en Lasesarre.
De Gaizka Larrazabal, su hijo, que juega de interior diestro en el Bilbao Athletic, en la banda contraria al exleón, dice Aitor, para que tire de humildad que está “aprendiendo, está contento, a gusto, tiene 20 años, que siga y aprenda en la casa grande”.