A tenor de lo que decían las casas de apuestas, ver ganar al Athletic Club este miércoles en el Santiago Bernabéu parecía tan complicado como emular la hazaña del borracho estonio, ese que ha subido una montaña de 2.400 metros cuando estaba buscando el camino de vuelta a su hotel en los Alpes.
Los leones, que encadenaban doce visitas ligueras palmando, encima no están finos esta temporada, pero lo cierto es que han empatado en un meritorio partido contra el Real Madrid (1-1) con goles de Williams y Ronaldo, e incluso han tenido esperanzas de victoria ya que, aparte de gozar de una triple ocasión clara, las tablas llegaban cerca del pitido final. Ha estado ahí, ahí...
El míster rojiblanco había exigido mostrar dignidad a sus muchachos, que le han correspondido con una buena imagen con un andamiaje además de gente joven, con un gran trabajo de los cachorros que deben tirar del carro en el futuro lejano (Kepa, Núñez, Lekue, Córdoba o Williams). Lo que nos hace pensar que este legado es aprovechable y en el fondo un reconocimiento a un técnico que ha tenido muy poca fortuna, más allá de si cambia pronto o tarde o si acierta en todo o no.
Como ya a nadie sorprende que Aduriz sea suplente, ya van 7 seguidas (14 en total), hay que decir que el retorno de Iturraspe, Núñez y Lekue (por Beñat, Yeray y Susaeta) fueron las principales novedades para medirse a los merengues, que salvo Isco iban con un once totalmente de 'semis' de Champions. Era una prueba para ellos que el Athletic trató de contrarrestar con un 4-4-2 presionante, formato que le permitió hacer una buena primera media hora o gozar de una buena ocasión de San José que Navas despejaba ya a los 6 minutos.
Por si acaso Ronaldo, de la misma, cabeceaba al larguero o chutaba cruzado en una contra para marcar territorio. Pero se encontraron con que Marcelo seguía dejando espacio entre él y Sergio Ramos, y por ello con un golazo de Williams, que resolvía con una vaselina la jugada orquestada por Iñigo Córdoba. Sin duda el 0-1 era una alegría, mas iba a provocar el cabreo de los locales, que comenzaron a exigir a Kepa con un sin fin de remates.
Embotellado, el conjunto vizcaíno se aferraba a su gol, mientras los de Zidane se sorprendían de no empatar pese a sus 15 disparos, torturando especialmente a Balenziaga, que reclamaron 7 paradas del meta ondarrutarra. Tres de ellas muy buenas, reivindicando su 'santidad' pese a una salida en falso. No es que fuera un milagro irse al descanso ganando, porque además hubo una mano en el área de Carvajal no sancionada, pero sí que daba la sensación de que mucho no podía durar ese 'bingo' con tanto acoso por las bandas y un pobre 27% de posesión.
La imagen de Ramos comiéndole la oreja a Martínez Munuera auguraba un segundo periodo de aupa para los vizcaínos, que sin embargo no se iba a dar. La pelota seguía siendo madrileña, pero con menos profundidad, por lo que ahora las llegadas a ambas porterías se contaban con los dedos de una mano. En medio de esa tranquilidad, pese a una petición de penalti de Ronaldo, casi da paso al segundo gol del Athletic con un tiro de Córdoba que dio en el pecho de Carvajal o un larguero de Raúl García. Ahí estaba seguramente la mejor bala para armarla parda.
La parroquia vikinga se estaba ya impacientando, lo que iba a dar carta de necesidad a un retoque desde los banquillos, entrando Isco y Bale por parte blanca y Muniain por la vasca. Era el minuto 69, los leones ganaban amparados en unos centrales impecables, Núñez & Martínez, que no dejaban una rendija para que CR 7 picoteara su veneno letal. Claro que había que aguantar aún la embestida un buen rato, como decía el difunto Juanito con sus '90 minuti'.
Un fuerte golpe de Lekue (hoy destacado) le hizo dejar paso a Susaeta, que así entraba en el Top 10 de la historia zurigorri, mientras el Madrid no la echaba fuera, cosa que sí había hecho el Athletic en la primera parte. Aduriz ruvo su momento en el 83', ciando tomaba el relevo de Williams en la recta final del choque que trajo el disgusto del empate de Ronaldo en un tiro de Modric mal tapado. Lástima, tal vez el emapte fue lo más justo, pero este es el Athletic que se pide, el que da la cara, con sus luces (que las tiene) y sus sombras.