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Athletic Club
1-3
Levante UD

Lo que no mejora... te deprime

Asís Martín

Tras la alegría de hacer un papel casi victorioso en el Bernabéu al Athletic Club se le planteaba la duda de si por fin brindaría (ahora que está tan de moda) una petición de perdón a su parroquia en forma de buen partido, o si regresaría a las andadas del oprobio vivido ante el Deportivo de A Coruña en San Mamés. Volvió, volvió, pero con fuerza además...

Lejos del drama que supuso alguna anterior visita de los granotas, esta vez se recibía al Levante sin nervios, algo que tal vez vino mal, de hecho sólo había 24.587 espectadores. Los leones quitando un buen inicio se hartaron de torrija, perdieron balones en zonas de riesgo, pusieron mal barreras, no buscaron a Williams al espacio, Kepa parecía otro, etc, etc... rumbo a otro derrota ante un equipo del fondo de la tabla.
Como los gallegos, casi descendidos, otro equipo que anda en la frontera de la vida se llevó la victoria (1-3) con doblete de Bardhi y golazo de Morales de una Catedral que este año ha quedado en ermita: 5 ganados, 8 empates y 4 derrotas para 23 de 51 puntos. ¿Resumen? Que aunque suena cachondeo el Athletic aún no está matemáticamente salvado con 40 puntos. ¿Cómo se quedan antes del derbi de Anoeta más allá de los gritos finales contra Urrutia y el Cuco?

Ziganda, al que sólo quedan dos partidos en la Catedral como técnico local, calcaba la misma alineación que contra Celta y Villarreal, dando continuidad a su idea de fin de campaña con un bloque muy definido. La única novedad fue la entrada de Susaeta por Lekue en otra tarde sin Aduriz, esta vez por una lesión muscular que le dejaba fuera de la lista. No varió la idea de presionar arriba, de recuperar pronto la posesión, de abrir el balón a la banda y de buscar a Williams.
Pero al que encontraron fue a Rulo, que no es que este curso se chute mucho de lejos, pero soltó un obús a la escuadra a los 8 minutos de pañuelos. Un tanto de 30 metros, de esos que él suele soltar cada temporada que encabezan los resúmenes televisivos, al igual que las paradas de San Kepa, que salvó el posible empate de Boateng con ayuda (celestial) de Iñigo Martínez. Los del Turia querían atar su permanencia y no vinieron de paseo, a Balenziaga no dejaron de buscarle hasta encontrar premio.

Los de Paco López, vía ambos carrileros en pos de Boateng y Morales, se expandían con gran velocidad sacando los colores a los medio centros vascos que les veían pasar como balas. Pese a que la posesión era vizcaína (60-40%) las contras azulgranas llevaron incertidumbre a una grada muy vacía por el día, la hora y la TV en abierto. Pese a ganar 1-0 no se veía cómodos a los leones. El llevar 5 córners en casa por ninguno a favor sin duda era raro y sintomático del juego desplegado.
El delantero enmascarado de Ghana le sacó una amarilla a Iturraspe en una de esas jugadas que olían a peligro desde su inicio. Pues fue la llamada a la hecatombe por culpa de dos pérdidas tontas (Susaeta & Núñez) y dos barreras de risa. El macedonio Enis Bardhi enchufó dos faltas directas en apenas 3 minutos, ni Leo Messi. La primera acabó en gol ya que Munuera vio que la mano de Kepa la sacó claramente de dentro, la segunda la calcó casi desde el mismo sitio, aún estaba en el césped la espuma de spray de la otra. Tremendo.

Nadie pudo decir que el 1-2 al descanso fuera injusto. El Athletic se había dormido pagándolo con creces para enfado de sus aficionados, que veían repetirse lo del Dépor, Las Palmas o Málaga. Ziganda optó por meter a Muniain por Iturraspe en busca de más mordiente, algo que trajo mejor imagen: un par de cabezazos de Raúl (uno peino el travesaño) y una buena contra de Williams que acababa en córner.
El equipo pretendía reaccionar, Merino tomó la plaza de Susaeta y Rico la de Balenziaga dejando sólo tres atrás, Iñaki tuvo un remate que se fue por muy poco, pero también los levantinos pudieron aumentar el destrozo con una buena jugada de Pedro López. Quedaban cinco minutos para acabar y llegó el mayor coscorrón el tercero obra de Morales, que levantó aplausos al gol y gritos de 'Cuco vete ya'. Lástima acabar así. El poste de Iñigo Córdoba ni siquiera tranquilizó el ambiente, esto ya queda muy largo.

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