Los 24.587 espectadores que se asomaron a San Mamés, un lunes laborable, a las 21:00 horas, chispeando, desencantados con el equipo desfondado en la zona de nadie en la Liga, mostraron finalmente su hartazgo coincidiendo con la remontada del Levante ante un Athletic Club impotente y desbordado por la velocidad de Boateng y Morales.
Las dos faltas calcadas a la red del macedonio Bardhi, del que ya estaba alertado el cuerpo técnico de sus endiablados lanzamientos a balón parado, remontaron en el tramo final de la primera parte el zapatazo por la escuadra desde la frontal de Raúl García y desataron las hostilidades.
Una buena parte del público, sobre todo desde el fondo norte, arremetieron contra el técnico y sobre todo sobre el presidente, Josu Urrutia, con elocuentes "¡Cuco, Kanpora! (Cuco, fuera) y ¡Urrutia, Kanpora! a pleno pulmón. Es decir, que las proclamas contra Ziganda se trasladaron al palco, como suele ocurrir en este tipo de casos. Urrutia, serio, sentado, aguantó el chaparrón como pudo.
Cuando restaban cinco minutos para acabar, la cabalagada de Morales, con amagos y regates y balón picado para salvar la salida de Arrizabalaga, levantó los aplausos al gol visitante, el de la puntilla, con nuevos gritos de 'Cuco vete ya'. El ambiente de los que seguían en el estadio, apenas 10.000 se había ya enrarecido del todo. Nueva derrota y nueva decepción.