Cuando Hertha de Berlín visitó al Athletic Club el pasado 23 de noviembre de 2017 en la fase de grupos de la Europa League, los dirigentes del club alemán quedaron impresionados. No ya con el potencial del conjunto rojiblanco, que tras una remontada memorable se acabó imponiendo por 3-2, con dos goles de Aduriz y otro de Williams, eliminando al cuadro berlinés, sino con el estadio de San Mamés.
El presidente Werner Gegenbauer, el gerente de Michael Preetz y el director financiero Ingo Schiller salieron entusiasmados de la nueva Catedral e imaginaron lo que podía ser el el futuro nuevo estadio del Hertha.
Los planes para el nuevo estadio del Hertha que Schiller presentó en la asamblea general el pasado lunes, están fuertemente inspirados en San Mamés.
"El estadio en Bilbao definitivamente nos inspiró. Es un estadio de vanguardia en un espacio pequeño. En Bilbao el área en el que está el estadio es aproximadamente de 51.000 metros cuadrados. Nosotros trabajaríamos en los terrenos olímpicos, de unos 53.400 metros cuadrados. Cualquiera que haya ido a Bilbao podría convencerse de que es un estadio estrecho y ruidoso. Queremos ser también así".
El Hertha es el último club que queda en la Bundesliga sin estadio de fútbol propio. El actual acuerdo de arrendamiento del Olympiastadion, el actual hogar del conjunto berlinés, expira en 2025. El club espera poder inicuar la temporada 2025-2'16 en su nuevo estadio, que tendrá una capacidad para 55.000 espectadores -frente a los 53.000 de San Mamés-, y un coste de unos 200 millones de euros.
Pero aunque el estadio del Athletic Club haya servido de inspiración al Hertha, Schiller quiso dejar claro que el nuevo coliseo del equipo berlinés no va a ser una copia de San Mamés. "Por supuesto que no. Nuestro estadio debería tener su propio carácter, eso está claro".