El Athletic Club alcanza el ecuador de la pretemporada. Han sido tres semanas ininterrumpidas de trabajo para los leones desde que Eduardo Berizzo empezó a trabajar sobre el terreno en Lezama el día 9. El técnico argentino y su cuerpo técnico han exprimido al máximo estos 21 días para implementar sus sistemas de trabajo y, sobre todo, la base física que sustentará la campaña.
Los futbolistas no han disfrutado hasta el momento ni un solo día de descanso. Al regreso de este domingo desde Alemania podrán por fin tomarse un respiro antes de afrontar la segunda fase de preparación, que estará más enfocada a fijar conceptos tácticos en los entrenamientos y los cuatro test que restan -Real Sociedad, Fiorentina/Mainz 05, Hannover y Augsburgo- y afinar la puesta a punto antes de debutar el 20 de agosto contra el Leganés.
En esta primera parte de la pretemporada, Berizzo ha programado 12 sesiones dobles y 4 de un solo turno, además de los amistosos contra Amorebieta, Barakaldo, ADO Den Haag y el torneo de Duisburgo con dos partes ante Fulham y los anfitriones. Esa importante carga física, como el propio Berizzo admitió tras el cuadrangular alemán, se ha dejado notar en las piernas de los futbolistas. El estilo de juego del de Cruz Alta exige un importante despliegue y el importante trabajo acumulado explicaría en parte esa falta de chispa que el grupo tratará de adquirir a partir de ahora.