Iñaki Williams afronta con hambre el nuevo curso. La pantera del Athletic Club, en una entrevista para Berria analiza la nueva temporada y como se ve para afrontar un nuevo reto entre los más veloces de LaLiga Santander. Aduriz, del que dice entrena como un chaval, sigue siendo un espejo en el que se mira. Una de sus asignaturas pendientes: ser más certero de cara a gol.
El ariete afirma que se verá un Athletic diferente, con un estilo más ofensivo y que el objetivo está marcado en alcanzar los puestos europeos. Sobre su nuevo entrenador, Berizzo, el de Iruña afirma que el argentino se muestra muy cercano, que se explica muy bien y que enseguida se han hecho con el estilo de juego que pide.
"Un estilo que pasa por apretar al rival bien arriba para asfixiar al rival. Quiere que San Mamés sea un campo complicado para el rival. Quiere que el rival se asuste en cada córner y falta. Dice que aunque marquemos un gol el rival tiene que sentir que no vamos a especular".
El técnico argentino le pide verticalidad al delantero. El "9" es consciente de que en su posición se exigen goles y quiere pasar la marca de diez de la pasada temporada. "Si quiero meter goles, tengo que estar más tranquilo, saber que siempre hay un segundo de más. Eso es lo que me dice Aduriz, que necesito un segundo de tranquilidad, que cuanto más tranquilo esté, lo veré más claro"
"Cuando fallo las ocasiones le doy muchas vueltas. Llego a casa y no se me puede ni dirigir la palabra. Se me hace duro ver que la gente está esperando que marque ese gol y mandarla fuera. Cada ocasión fallada es como una derrota, a veces de hecho pueden suponer tres puntos menos"
Iñaki Williams va adquiriendo experiencia. "He mejorado a la hora de sortear los rivales. Antes solía estar más veces en fuera de juego. Ahora he aprendido que con mi velocidad no tengo porque estar en línea: empezando un metro por detrás, también le pillo la espalda al rival"
El delantero pamplonés ha aprendido, con la madurez, a emplear mejor su mayor arma: la velocidad. "Antes en el minuto 70 terminaba hecho polvo. Intentaba llegar a balones imposibles, y terminaba muerto. Ahora, no voy a por esos balones y me dosifico mejor. Los sensores que nos ponen dicen que soy el más rápido, y que tengo que aprovechar esa virtud que me ha dado Dios".