El deseo de 'alumbrar' un fútbol radicalmente distinto al que San Mamés veía con Cuco Ziganda le llevó a Urrutia, asesorado por José Mari Amortortu, a que el Athletic Club y Eduardo Berizzo se unieran por una temporada firmando un contrato 'sagrado'. Reminiscencias de Marcelo Bielsa en la Catedral. Eso se esperaba. Bielsismo sin Bielsa. "¡A lo Toto se vive mejor!"... Se empezaba a cantar por las calles de la Villa...
'Beautiful Vision' en la Copa Vasca ante la Real Sociedad. La cosa iba de Marcelo pero sin el rosarino en el banquillo. El gol de Muniain ante el 'Lega' al límite del tiempo enervó un juego de toque pero muy plano y horizontal. Sin Aduriz iluminando el candil de nieve de la vanguardia, con muchos 'nueves' pero todos ellos 'falsos', o sea, de 'pacotilla', el fútbol de posesión y ataque se desvanecía en el borde del área rival cual olas marinas en la orilla de una playa.
Contra el Huesca, el míster de Cruz Alta no supo gestionar un dos a cero, marcador de sobra 'sobrado' para un fútbol de toque, posesión, despiste y desquicie de los nervios de un cuadro, el oscense de 'Franco', que se estrenaba en Primera División, gracias, en gran medida, a la aportación de Alex Remiro, un portero que, merced al destino y a la dichosa y azarosa Fortuna, estando llamado a estrenarse como titular, ya de inicio, en la portería del Athletic, reculó como si, en lugar de premio gordo, lo que se le ponía en las manos fuera la tan temida serpiente del pecado original.
Tocaba Vallecas y el 'Rayito' de 'Bolito', pero la estructura del estadio de la calle 'Payaso Fofo', al no pasar la prueba de calidad de los arquitectos de la capital del Oso y el Madroño, desestructuró la jornada dejando al Athletic compuesto pero sin la novia que era 'Michel', entrenador y artífice del reciente ascenso del equipo en el que, en calidad de cedido, Unai López había ejercido de comandante de una tropa tan ordenada como aguerrida.
Descanso de esos que te terminan agotando de puro tedio. El equipo, sin embargo, protagonizó ante el Real Madrid un partido de 'leyenda'. El Real Madrid de Lopetegi, míster al que sus 'ocho apellidos vascos' le llevaron de la ceca a la meca, flirteó con Florentino a punto del debut en el Mundial, salió escopeteado, voló hasta Concha Espina...y su 'avaricia de merengue' puede romper el saco de su prestigio y posibilidades de reengancharse al tren de los meritorios del fútbol mundial.
A 'ese Madrid' le hizo frente un Athletic soberbio, capaz de acaparar esos elogios que uno nunca espera porque la prensa ( de Manolo Lama y compañía) que mece la cuna del fútbol del 'Madrid' es la mano que domina el mundo. Emocionado vivió el cronista la partida desde tierra anejas a ese cabo del que los romanos decían que era el último trozo de roca y tierra del Mundo.
Ni ere bai, harro! Ni ere bai, harrobi!..."Cantera de sueños e ilusión" Francis encendiendo el 'Deseo' de un 'Doctor' dispuesto a poner los pelos de punta de tod@ aquell@s que sienten que el Athletic es un apéndice que le sale al corazón al mismo tiempo que el órgano crece en él embrion del que será amamantado por los pechos de una leona. ¡Lo que Madrid le regaló al Athletic que no se lo quite nadie! Pero, al mismo tiempo, que el que tan alto llegó no olvide nunca que dar con una verdad alumbra deberes...
Tarea facturada de lujo en el Villamarin. El equipo salió como un tiro que hiere pero no mata. Se habrá de ver luego de que Willians y 'Rulo' goleen y el equipo, al borde del descanso, pierda un efectivo. Susaeta se fue a la ducha para, en el segundo acto, no volver. Sin embargo, tras un barrido de ojos, daba la impresión de que Berizzo pensaba que su equipo se había quedado en cuadro, dos, tres, cuatro expulsiones, toca meterse en la guarida perdiendo la luz del sol. El Betis igualó. No haya mérito para Quique Setien, sino impericia a la hora de gestionar un 'diez' con 'dos' por delante.
El Camp Nou y el 'dentista'. De la visita al odontólogo ya fue todo escrito. Y en eso llegaba la Real Sociedad. El mal, muy mal, llamado 'derby'. Era, piensa uno, el viernes D, las nueve H, el partido adecuado para que Berizzo demostrara a 'su gente' que 'su Athletic' estaba capacitado, y preparado, para completar el partido perfecto que envalentonara a sus adeptos y atrajera a su modelo las tres cuartas partes de la 'oposición'.
Y encima, una 'Real mermada' por las lesiones. Poco de fiar. Los que suplen a los 'heridos' defienden la causa de Zubieta y alrededores (léase el planeta Tierra con sus cinco continentes) con más ardor que los que se manejan en el verde con la frente pintada con la marca de la titularidad.
Como si este partido y luego la nada. Como si la escenificación del Apocalipsis capítulo último del evangelio de Juan. Como si en lo físico residiera la única verdad. Como si se tratara de remontar un 4-0 de un supuesto partido de ida.
Como si la pausa no existiera. Como si detenerse a beber al borde de un arroyo fuera delito. Como si la gasolina del depósito y la recarga prohibida. Como ciclistas que habrán de escalar el último puerto en llanta. Como si todo fuera ansia. Energía que, luego de transformarse, contraviniendo la sabiduría de Einstein, habrá de destruirse hasta desaparecer. Un Athletic sin medida. Un equipo que provoca ad-miracion. Por fuera le miran todos los entrenadores con la intención de saber dónde reside el truco de una magia que se regala sin mesura.
El Villarreal ya lo sabia: "Queremos desorganizar al Athletic". Ruedas en los palos de una carreta que rueda hacia el oeste en la primera parte de los partidos de San Mamés. Paciencia propia. Impaciencia ajena. La grada no ayuda. Surge el error.
Los leones se desorganizan. Hace lo propio el entrenador. Sale el sol en Barcelona y Berizzo aprovecha para 'broncear' el juego de su equipo. Un empate en 'Can Barca' es oro molido que, envuelto en paño, se pone a buen recaudo en el museo de San Mamés.
Pero como la vida sigue, la Real Sociedad llama a la puerta de la Catedral. Entra. La ocupa. Y, con nocturnidad y alevosía, profana el templo de la manera más simple, burda, cruda y cruel al mismo tiempo. ¡Se esperaba tanto!...El Athletic, vestido de largo, tras vivir 'en pecado' con su afición, se disponía a casarse 'por la iglesia'. No constaba que el león estuviera embarazado. No tenía tripa...
A degüello. La Real, asustada, se temía lo peor. Agobiada por tanta presión, se quitaba el balón de encima sin un destino concreto. Tocaba aguantar. Virgen su portería, le llegó su hora al VAR. Brazos txuriurdines en airadas protestas. "Hernández, Hernandez, penalti, arren!". Caso omiso. Sigue el juego hasta lo eterno. El tiempo tenía un límite. El árbitro lo detiene. Y como lo que sucedió es de sobra sabido, tan solo propongo preguntas...
Si en el tiempo que transcurrió desde 'lo de Iñigo y Sangalli' hasta la interrupción del juez el Athletic hubiera marcado, ¿Que decision se habría tomado?... ¿Se habría anulado el 'bacalao'?... Y en caso de haberlo hecho la Real, ¿Habría aplicado el señor Hernandez la ley de la ventaja?...
¿Habría validado el gol visitante al mismo tiempo que cobrado el penalti que, finalmente, se terminaría señalando?... ¿Cero a dos goles de una tacada?... Y como todo parece una tremenda locura, barbaridad que acabará castigando de manera severa a todos los equipos de la liga, entonces, cuando el hartazgo se desborde, los técnicos, todos a una, invadirán el castillo donde, cuál Arca de la Alianza, se guarda y protege este artefacto diabólico y lo harán añicos por considerarlo inhumano y destructivo.
Esperpentico lo vivido. Oiarzabal puso a la Real por delante. Muniain, astuto, igualó la contienda.
El empate a uno era reconquistar el punto de la federación. A Berizzo le sabía a poco. Al abordaje. Pero como en Donostia saben más de piratas que en Bilbao, el cazador resultó cazado a las primeras de cambio. Yuri y el desborde. De Marcos y el segundo palo que no protege. Sangalli, nombre de corsario, cuerpo que mete miedo, fusila a un Simon vendido. Quedaba un mundo. Pero el uno a dos le resultaba a Berizzo una afrenta que debía ser vengada de inmediato.
Quizás percutiendo por las bandas para servirle al único ariete que se aguanta en esta plantilla. Más el 'Zorro', como si en casa y con la pata quebrada. Se demoró tanto Berizzo, que el salto al campo de Aritz Aduriz y el 1-3 se sucedieron como al mismo tiempo.
Funesta simultaneidad. Yeray, un minuto antes de la puesta en escena del 'único ariete de verdad' con el que cuenta el Athletic, con una cesión temeraria, le 'obligó' a Unai Simon a derribar al 'enemigo brutal' con la consecuencia del penalti.
Oiarzabal, marcando desde el punto fatídico, convertía en 'virtual verdugo' al equipo que se presentaba en la Catedral como 'presunta víctima'. Veinticinco minutos. Más o menos. Menos o más. Por delante y por detrás. Por la izquierda y la derecha. Relajado ya el VAR, que distinguió los milímetros que invalidaban el tanto de Aduriz. Era el 2-3. Pero uno entiende que ni aun así.
Groucho Marx, a solas con dama gentil en casa de magnate, solía decir que "Estos son mis principios; pero si no le gustan, tengo otros". Principios. Una forma de entender e interpretar este juego que es el fútbol.
Eduardo Berizzo no se cansa de decir que su propuesta es "ser protagonista acaparando balón y jugando de continuo en campo ajeno; atacar y atacar con el afán del que se quiere cobrar el mayor número de goles posible". "Born to de shing", decía el León de Belfast, "No plan B", concluía. Nacido para cantar sin un plan B al que agarrarse porque Van Morrison no sabe lo que es 'perder' en su dilatada vida de compositor, músico y cantante.
Y del 'Toto' Berizzo, qué decir: "Nacido para atacar, atacar, y atacar... ¡No plan B!" Porque antes de que comiencen los partidos del Athletic que dirige, escenifica, en rueda de prensa, la quema de todas sus naves, que es lo mismo que provocar, antes de ser desatracada, el naufragio de esa Gabarra que tanto se desea y nunca llega.
Berizzo se debe a sí mismo un tiempo de relajo y meditación. O este proyecto tan hermoso que la directiva de Josu Urrutia ha puesto en sus manos se le escurrirá para nunca más volver. Uno no escoge cuando es llegada la hora de cerrar los ojos y pensar. Por el Athletic. Pero, si se mira por el lado egoísta de la vida y otras cuestiones, por él mismo, que sabe que el Athletic es un tren que pasa por su vi-a-da una vez y nunca más.
Ahora, Toto, ahora. Cuando es público que el Athletic se ha 'separado de penalti'. Lucha. Merece la pena. Religión. Religare. Volver a unir. Sal en busca del encanto hasta que surja el idilio. Habitas una Catedral. San Mamés está a la espera de que el Athletic se case con él. Aunque sea de penalti.
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi', exfutbolista y periodista