Mikel Rico volvía este sábado al once inicial del Athletic Club, en el choque ante el Valencia en San Mamés. Su ausencia en las alineaciones titulares contaba ya con mucho recorrido. Su última presencia de inicio se remontaba a la penúltima jornada de la pasada temporada. El 12 de mayo de 2018, frente al Deportivo Alavés en Mendizorrotza, con derrota por 3-1.
Desde que Eduardo Berizzo tomó la riendas del equipo, el de Arrigorriaga ha entrado en seis convocatorias. Sus primeros minutos no llegaron hasta la tercera jornada, en la que jugó los últimos minutos ante el Real Madrid. Esta sábado disfrutaba de su primera titularidad de la temporada.
A pesar de su escaso rodaje, el centrocampista vizcaíno jugó a buen nivel, con su habitual pundonor, siendo uno de los más destacados en un partido flojo a anivel colectivo. Fue sustituido en el minuto 76 por Iker Muniain.
La pasada temporada tampoco fue fácil para el centrocampista vizcaíno, que se tuvo que sobreponer a varios obstáculos físicos que le impidieron mostrar su verdadero potencial. Aunque, cuando estuvo operativo, Ziganda tiró de él, y el de de Arrigorriaga respondió con su habitual laboriosidad y pulcritud en la zona ancha, llegando a jugar 25 partidos entre LaLiga Santander y la Liga Europa.
Su papel de revulsivo le sirvió el pasado curso para firmar, en febrero de este año, su renovación con el Athletic Club por una temporada más. Termina contrato en junio de 2019 y su continuidad en el club rojiblanco, después de seis campañas como león, parece difícil.
El Huesca, uno de sus exequipos, se apunta como posible destino para el de Arrigorriaga. El vizcaíno regresaría así a una ciudad con la que está vinculado familiarmente y en la que dejó un gran recuerdo durante su estancia en dos etapas, las temporadas 2007-2008, en la que logró el ascenso a Segunda, y la 2009-2010, ya en la División de Plata.
La apertura del próximo mercado invernal de fichajes aclarará el futuro de un jugador que siempre que las lesiones se lo han permitido, ha dado un resultado sobresaliente, vaciándose en el campo y estando ahí donde se le necesita.