Berizzo reencuentra la brújula
El Athletic Club de Bilbao continúa varado en la tabla clasificatoria tras visitar al Atlético de Madrid, una de sus visitas más hostiles en los últimos tiempos, pero, a pesar de derrota, a última hora e inmerecida, el técnico argentino Eduardo Berizzo pareció vislumbrar una ruta a seguir en adelante.
En el Wanda Metropolitano los 'leones' se comportaron como tales, algo que no ha ocurrido demasiado en lo que va de temporada, y mantuvieron todo el partido en jaque a un Atlético que, aún acuciado por las bajas, llegaba de unos de sus mejores partidos de la temporada ante el Borussia Dortmund en Liga de Campeones.
El Athletic se adelantó en el marcador, perdonó el 0-2 y respondió con el 1-2 al primer empate 'colchonero' antes de caer preso de la épica local, y de sus errores, en el tramo final.
Un comportamiento a la altura de lo que se exige siempre un equipo rojiblanco que, no obstante, continúa al borde del descenso y ya con los mismos puntos que el primero que bajaría a final de temporada. Ahora, el Leganés.
Williams se encontró en su remate, que no era malo, con un paradón de Jan Oblak. Quizás en esa jugada se le fue al Athletic una victoria por la que peleó
No deja de ser el partido del sábado una constante este curso ante los grandes de la Liga de los últimos años, ya que los de Berizzo también dieron cumplida réplica al Real Madrid y el Barcelona para sumar sendos merecidos y meritorios empates.
Dos choques a los que apenas se suman la primera mitad en el Villamarín frente al Betis, antes de que la expulsión de Markel Susaeta dejase en casi nada el 0-2 al descanso, y la segunda de Vallecas para empatar a un Rayo también problemas como buenos momentos de juego de un Athletic que no ha conseguido con el nuevo técnico ni firmeza defensiva ni generar ocasiones de gol.
Ayer fue diferente con un once más reconocible pero distinto a lo habitual en lo que va de curso. Un equipo sin dos de los buques insignia de un tiempo aquí, el tocado Raúl García, que salió al final en la remontada de su exequipo, y un Aritz Aduriz en sequía total de goles. Y, lo que es peor, también de ocasiones.
En su ausencia, Iñaki Williams de delantero centro en busca de espacios y contraataques, Iker Muniain para suministrarle, y Markel Susaeta y Yuri Berchiche dando profundidad por las bandas.
Yuri, expulsado al final por el calentón de 3-2 en el descuento, fue fichado este verano para el lateral, pero su equipo ha hecho sus mejores partidos con el de Zarautz más adelantado en la banda.
Tampoco jugó Dani García, otra de las incorporaciones de este año, que estaba sancionado. Y ello permitió volver a su posición natural a Mikel San José, quizás el jugador más en forma de toda la plantilla bilbaína en este inicio de campaña de zozobra.
Junto a él, aunque por delante, el reaparecido Beñat Etxebarria e Iker Muniain -aunque este un tanto remiso en las disputas y en los arranques con balón- le daban al juego mucho más en la posesión que la pareja San José-Mikel Rico de las últimas semanas. Cuando Berizzo quiso arreglar la inconsistencia en medio campo con una pareja por delante del medio centro muy alejada de su gusto futbolístico.
Aunque el Athletic cayó por errores defensivos que no le abandonan este año. Por un gol lejano en el que alguien tenía que haber salido a tapar el fenomenal disparo de Thomas Partey, un especialista; otro a balón parado en el que Rodrigo Hernández, que no se distingue por ello, dejó en evidencia el juego aéreo visitante; y un tercero en el que a Raúl García le faltó toda la competitividad y la inteligencia que le hace indiscutible en Bilbao.
Poco pudo hacer en los dos últimos goles un Iago Herrerín al que el primero le cogió intentando ver por dónde le llegaba el balonazo.
Pero además de más creatividad y poderío en ataque, Berizzo encontró también en el Metropolitano un jugador más para la causa: Unai Núñez, titular la temporada pasada, la de su debut, y relegado esta a cuarto central incluso por detrás del 'cachorro' Peru Nolaskoain.
El internacional sub-21, indiscutible para Luis de la Fuente, se marcó un jugada espectacular, con pase de la muerte de tacón incluido, que no acabó en el 0-2 porque Williams se encontró en su remate, que no era malo, con un paradón de Jan Oblak.
Quizás en esa jugada se le fue al Athletic una victoria por la que peleó, que a su juicio mereció y que -aunque acabó derrota- por el escenario, el rival y el rendimiento dado puede ser un buen punto de partida para una remontada a la que está obligado en la tabla si no quiere problemas ya más que serios.
Una ruta a seguir para desencallarse de una situación en la tabla que ha retrotraído al equipo bilbaíno y a su técnico a las peores rachas de partidos seguidos sin ganar -once- de su historia.