Un Athletic sin suerte ni rumbo

La victoria del Leganés situaba a los de Berizzo en puestos de descenso. Toda una patata caliente para el Athletic Club, obligado a ganar al Getafe este domingo en San Mamés para evitar que la zozobra se hiciese cargo de su alma. Es triste estar así. Con esa mochila y con wasaps pidiendo unidad en la jornada 13. Pero así viene la temporada. También la anterior con Ziganda. Ojo. Con las elecciones asomando en un mar de rumores y 'salidas por piernas', no hay peor escenario posible que doce jornadas sin ser capaces de ganar.

11 de 39 puntos para un Athletic al que tampoco la fortuna le acompaña:  dos lesiones (Raúl y Balenziaga), un poste...

"Es el momento de demostrar de qué estamos hechos", había lanzado el 'Toto'. Su mensaje caló más en su vestuario que en el entorno, la entrada no fue demasiado buena (39.800 en una 'final'). No se pudo pasar del (1-1) y, para colmo de males, el mejor jugador del equipo, Raúl García, se fue lesionado, al igual que Balenziaga, encima estando Yuri sancionado dos partidos más. Lo de sombrío es poco, el rumbo va directo al infierno.

El técnico argentino alineaba un once sin ninguno de los fichajes veraniegos y sin Aduriz. Williams y Raúl García lucharon de inicio por acabar con su sequía goleadora en San Mamés. Infructuosa tarea. Era un día de cemento y zapa. Los azulones, llenos de uruguayos, son un museo andante de granito y contraataque. Por eso, la primera pérdida de Beñat en medio campo disparó los pulsómetros.

Las 'artes' de Bordalás dieron con la expulsión del preparador físico del Athletic, Pablo Fernández

Ya más reposado el Athletic comenzó a empujar, con un par de cabezazos de sus centrales, mientras la grada pedía tarjetas a un inmóvil Iglesias Villanueva. Los madrileños no se cortan en rascar ni con tijera. Era su arma para frenar a unos leones intensos, comprometidos, con mando absoluto de un San José imperial.

Beñat confundió demasiadas veces sus envíos

El navarro suplía la nula producción de Beñat, pero luego se mostraba la habitual opacidad cara a puerta. El cuarto de hora en avalancha no dio réditos. De Marcos, tremendo lo suyo, tuvo una buena llegada pero prefirió regalarla a chutar. Los centros, mayormente, fueron malos... en fin. Nada nuevo bajo el sol.

A partir de la media hora bajó el gas, con lo que los visitantes pasaron a estar más cómodos. Estaban llevando el choque, jamás mejor usada esa palabra, a su terreno. Son unos maestros. Al descanso se fue con 0-0 con cinco remates vascos pero, en realidad, sin ocasiones claras de marcar. El arte estuvo a la fuga en San Mamés en esa primera mitad, donde volver a poner a Williams en punta produjo retortijones. ¡Qué empecinamiento inútil!

La mala suerte machaca al Athletic

A la vuelta Herrerín salvaba los muebles con un paradón impresionante de balonmano. El de Basurto sacó una pierna que ni Nureyev ante Amath. El silencio se apoderó de La Catedral por unos minutos... el miedo se palpaba. Y ahí, justo es decirlo, el Athletic reaccionó con amor propio. Metió el turbo, pero llegó ya hasta la mala suerte del que está abajo. Ya pasó en el Wanda. Primero Raúl García pidió el cambio con problemas de rodilla. Córdoba cogió su plaza, y seguido Balenziaga también se fue lesionado. Entraba... ¿Nolaskoain?

Iñigo Martínez pasó al lateral zurdo, con lo que la cara de Ganea, por fin convocado, era un poema rumano de los Cárpatos. Poema del horror, claro. El panorama era turbio cuando, como en la primera jornada, la de la única victoria,  la del Leganés, el chaval Nolaskoain, marcaba a balón parado. Esta vez, sí, Beñat la puso bien.

El de Peru Nolaskoain fue el primer gol del banquillo de toda la campaña

Era el minuto 70. Había que morir por esos tres puntos. Bordalás tiró de cambios, el Athletic se aculó 'cagonamente' (perdón) atrás y la película ya era de las de sufrir temblores. De hecho, Mata anotaba en el 76', totalmente solo bajo palos, el empate. Se consultó al VAR, pero no debía hacer ni falta, había 2-3 jugadores vizcaínos enganchados rompiendo el fuera de juego. Qué poquito había durado la alegría.

Amath, encima, tuvo una contra a la espalda de los centrales para sentenciar. Se habían venido arriba, sin que el centro del campo rojiblanco fuera capaz de parar el aluvión. La reacción del 'Toto', ¡en el 80!, fue meter a Aduriz por Susaeta. Era ir ya a vida o muerte con el encuentro roto en pedazos. Una ruleta rusa.

Nada más salir el donostiarra la pegó al palo en un cabezazo marca de la casa. Ya decimos que la suerte no acompaña. Tampoco algunas personas. Es feo irse al Metro cuando van tan mal las cosas, eso sí, respetable, esto es una democracia.

Luego, Nolaskoain, providencial, salvaba en el descuento otra buena ocasión del 'Geta', que terminó arrollando con Angel sobre el césped. De hecho hasta pidieron un penalti (muy claro de Iñigo) en el 94'. Los silbidos clamando por la hora fueron el verdadero himno fúnebre. Esto pinta fatal.