Lezama vivió este jueves una de esas situaciones curiosas que a veces pasan en el mundo del fútbol. El partido entre el Athletic Club de Bilbao femenino y el Real Betis Balompié, de la Liga Iberdrola, hubo de suspenderse momentáneamente -en el transcurso de la segunda parte- debido a un calambre sufrido por la colegiada madrileña Elena Contreras Patiño.
Después de ser atendida hasta por dos veces tumbada ante el banquillo vasco, (al que acudía para recibir masaje, Reflex y ser vendada), finalmente la trencilla no pudo seguir desde el minuto 75'. Con lo que hubo que esperar un buen rato hasta encontrar a una persona que se pudiera hacer cargo de la recta final del encuentro.
Un choque en el que las leonas ganaban por dos goles a uno a las andaluzas antes de ese percance. Posteriormente, debieron quedarse frías, A. Romero establecería el empate a dos final en el marcador de las instalaciones rojiblancas con un gol por toda la escuadra.
En medio del frío la incertidumbre duró un buen rato, en el cual las jugadoras se tuvieron que contentar con hacer ejercicios de calentamiento. Mientras, en la grada no faltaba la animación con el bombo y los cánticos para mantener también un poquito el calor en los cuerpos.
Finalmente, se encontró otra colegiada para coger una banda, y el partido se reanudaba con una de las líneas madrileñas al mando, después de que ambos conjuntos aclararan cuánto tiempo real quedaba por disputarse. La pelota era para las vizcaínas que así la pusieron en juego.