Tenía una cuenta pendiente el Athletic Club de Bilbao con los partidos de fuera de casa para poder apuntalar la temporada con su clasificación para las competiciones europeas. La derrota del domingo en el Bernabéu dejaba a los leones sin colchón para el objetivo, por lo que iban a Butarque exigidos de sacar un buen resultado. Lo logró, ya son cuatro triunfos de viaje. Hoy con (0-1) merced a un partido horroroso y un gol en propia meta.
No era fácil la apuesta. El conjunto bilbaíno debía vencer en un estadio que ha sido convertido por el CD Leganés en uno de los más complicados de LaLiga. Se ha visto. Además no pinta bien el municipal para el Athletic. Lugar donde nunca ha marcado (hoy lo hizo un rival en su portería incluso), sino más bien dejado partidos infumables. ¿Qué más da si se gana, no?
La marcha de Yeray del campo dio sensación de problema muscular. Habrá que esperar noticias
Los bilbaínos se ponen ya con 49 puntos, a tres de un Sevilla que, eso sí, tiene un partido menos. El sueño continental sigue vivo, y como dijo el gran Jokin Caparrós... 'clasificación amigo'. Con el deriotarra sin duda tenemos a un gran alumno que cierra la 'ruta madrileña' con dos triunfos y dos derrotas. Fifty-fifty.
La tarde-noche olía 'chunga'. Empezó con retraso por problemas con la sala VOR, bajo una lluvia incesante y con una alineación que generó más debates en RRSS que el de los políticos candidatos a presidente del gobierno. Garitano recuperaba para hoy a Oscar de Marcos, pero no lo puso, y perdía a los 'Garcías': Raúl & Dani.
También reorganizó el esquema. Esto dio el lateral a Lekue y Yuri con Yeray, Núñez e Iñigo por detrás, la opción a Mikel Rico de jugar y a Aduriz de volver a ser titular, algo que no cataba desde diciembre ante el Sevilla. Iker Muniain se quedó en la banqueta y Beñat, directamente, en la grada. En resumen, una avalancha de variaciones entre lesiones y cansancio general.
El sistema de tres centrales que propone Pellegrino les convierte en un equipo muy incómodo para sus rivales. En el cuadro pepinero lo dominan y lo dejaron claro poniendo la directa al marco de Herrerín, con un disparo de Kravets desde la frontal que se marchaba por encima del larguero. La respuesta vasca fue un cabezazo de Iñigo Martínez a las manos del Pichu Cuéllar. La puso bien Lekue desde el córner, esa es buena noticia, por cierto. Luego dio una asistencia.
Esas dos acciones destacaron en un primer tiempo previsible (para lo malo): mucha disputa, toqueteo insulso, juego directo sin criterio y miradas de reojillo a ver si alguien cometía un error en un terreno muy resbaladizo. Vesga y Sabin Merino no parecieron sorprenderse en la tribuna. Sabían de qué iba a ir la película... pero seguro que no sospechaban que se iban a hacer un 'golazo' en propia meta, obra de Youssef En-Nesyri. Tal vez era la única manera de meter uno...
Con la entrada de Bustinza el conjunto de Pellegrino salió dispuesto a buscar el empate. Un paso al frente de los locales que exigía introducir algún cambio para no perder la iniciativa. Aduriz y Williams bregaban en la nada, desasistidos. Sin embargo Garitano ya se sabe que es de los de esperar. Llevaba dos el 'Lega', que ya jugaba con tres delanteros (peligroso El Zhar), cuando por fin echó al césped a Mikel Balenziaga por un Yeray lesionado muscularmente.
Nada más salir el de Zumarraga le puso el 2-0 a Williams en una contra de auténtica fantasía en una noche horrorosa,... sin embargo el punto bilbaíno se le echó al muñeco. Podía haber sido la sentencia. Lo fue para Aduriz que dejaba paso a Kodro en el 80'. Al hijo de Meho siempre le toca salir a bregar y correr como un keniata.
Mientras el árbitro gallego Iglesias Villanueva pedía tranquilidad al DT argentino de los pepineros, el Athletic empezaba a valorar los tres puntos como el anillo de Golum. Se defendía mientras los madrileños intentaban firmar las tablas con más ganas que acierto, casi todos sus tiros se iban fuera. Williams, tras errar una enorme ocasión en su partido 200 (con 48 goles) dejó su plaza al de Laguardia.
Aferrados a El Zhar se sucedían los remates, pero ninguno fue capaz de perforar la muralla rojiblanca. Menos mal, porque su cambio fue una tortura, él solo hizo pedir bicarbonato a la sufrida afición zurigorri.
El Athletic sabe que sus opciones europeas están en plena ebullición y que los partidos de San Mamés son innegociables. Mal que bien los sigue sacando adelante. Ahora tiene un duelo clave ante el Alavés este mismo sábado (13:00h), así que se debe afrontar el derbi contra los babazorros con la idea de dejarles prácticamente KO y fuera de la pelea continental.