Iñigo Lekue es uno de esos jugadores que ve la pretemporada del Athletic Club como una verdadera oportunidad. El de Deusto viene de una época complicada, en la que las lesiones no le dejaron tener continuidad. Pues de momento anda buscando el gafe por algún lado.
Este martes se ha podido hacer daño en el partidillo final del entrenamiento dirigido por Gaizka Garitano en Lezama. Lekue se ha retirado junto con el doctor Paco Ángulo, el tomatero iba andando bien pero le iban a examinar para ver qué había sucedido.
Sin duda estará tocando madera. Entre el tobillo y la espalda ha tenido un verdadero calvario. Si no termina de hacerse un hueco con el deriotarra deberá salir cedido. Lo que no puede es estar sin jugar.
Primero fue una lesión de tobillo la que le tuvo fuera durante un gran número de partidos. Cuando ya se había recuperado, sufrió una discopatía lumbar que le dejó K.O varias semanas más. Hasta la jornada 28 no entró en una convocatoria, casi 10 meses después de su último encuentro oficial.
Dispuso de media hora ante el Rayo Vallecano, en la que dejó buenas sensaciones. Jugó como titular los dos choques siguientes (Real Madrid y Leganés) donde ya se empezó a ver que le faltaba algo de ritmo.
Ahora se le abre la oportunidad para empezar de cero y pelear por ganarse un puesto en los planes de Garitano. Su capacidad para actuar en cualquier puesto de las dos bandas es un punto a su favor. Podría convertirse en ese jugador de banda que viene pidiendo el técnico deriotarra. Acaba contrato en 2023, por lo que está más que atado por el Athletic.