La etapa de Eduardo Berizzo en el Athletic Club duró bastante menos de lo esperado. Sin embargo, en el poco tiempo que el preparador argentino estuvo en Bilbao le dio para apuntar el foco hacia un joven valor de Lezama que le había impresionado. Se trataba de Oihan Sancet.
El navarro venía de hacer un excelente primer año en el Juvenil División de Honor, jugando 27 partidos y marcando ocho goles, una buena cifra para tratarse de un centrocampista. Tanto le gustó a Berizzo que lo llamó para la pretemporada del primer equipo sin haber disputado un solo minuto en Segunda B o Tercera. Al final se quedó sin sitio con los "mayores", como la lógica apuntaba. Aún así, seguía siendo un fijo en las sesiones que llevaba a cabo la primera plantilla.
La mala suerte se cebó con él cuando se rompió la rodilla y tuvo que estar bastantes meses de baja. Tras mucho trabajo para estar preparado cuanto antes, pudo volver en el tramo final del curso, llegando incluso a afianzarse como titular al poco de su regreso. La lesión no ha cambiado el hecho de que Sancet sigue siendo una de las grandes esperanzas de Lezama por su talento.
Los que le conocen bien le definen como un chaval con muchas ganas de aprender, que sabe escuchar y plenamente consciente de la situación en la que se encuentra a día de hoy. Pese a que fue Berizzo el que apostó por integrarle en el primer equipo, Garitano le ha mantenido como un fijo en sus entrenamientos. De hecho, se acaba de incorporar a la pretemporada después de no haber sido seleccionado por Santi Denia para el Europeo sub 19 de manera imprevista.