La derrota encajada en San Mamés ante el Valencia CF ha espoleado el orgullo de los jugadores del Athletic Club. Hay ganas de borrar lo ocurrido el pasado sábado con un triunfo frente al Celta de Vigo este domingo en Balaídos (14.00 horas), que supondría, además, inaugurar el casillero de triunfo lejos de casa juntos antes del nuevo parón ligero de la temporada. Un objetivo al que los leones ya se han puesto manos a la obra este martes, en la vuelta al trabajo en Lezama donde la intensidad ha sido la constante del entrenamiento.
Intensidad en cada ejercicio, en la actitud de los jugadores, que se han empleado a fondo, y en la de Gaizka Garitano, quien tras la derrota ante el Valencia reconocía estar "jodido" por lo ocurrido. Hoy no ha dejado de achuchar a su plantilla a la que concedía dos días de descanso.
Las consignas del técnico deriotarra han sido altas y claras en la matinal de Lezama. La orden frase más repetida era la de "filtrar pases". "¡Sácala de ahí. Tiene que haber gente entre líneas para filtrar pases. El pivote alguna vez se puede girar!", gritaba en modo imperativo en los ejercicios de presión y en las acciones de circulación en los que pedía transiciones rápidas.
Garitano es consciente de que su equipo debe mejorar la circulación de balón y que Iñaki Wlliams debe recibir balones filtrados para ganar la espada a la defensa rival. "¡Ese es el juego, de lado a lado!", requería el técnico, que también felicitaba a Beñat en una acción: "¡Enorme, Benji!".
El entrenamiento arrancaba a las 11.00 horas con un completo circuito diseñado por Juan Iribarren al que se sumaban 26 jugadores, entre los que se encontraba Oihan Sancet, flamante pichichi de Segunda B con el Bilbao Athletic. "Oihan, déjate ver", le espetaba Garitano al jugador navarro en el partidillo.
Consignas también para el canterano Gaizka Larrazabal, al que pedía tirar diagonales e invadir el espacio, "como hemos hablado en el vídeo", lanzaba Garitano al hijo de Aitor Larrazabal.
La sesión concluía con varios partidillos de 10 contra 10 sin porterías, sin pistas sobre el once que tiene planeado poner en liza en Vigo, y con un susto para Iago Herrerin, que tenía que ser atendido por un golpe en un pie, finalmente sin consecuencias.