Dani García, un futuro entrenador apasionado de Juego de Tronos
Hoy en día se ve a los futbolistas como seres especiales que están en una burbuja alejada de la sociedad de a pie. Dani García es un buen ejemplo de que no siempre es así. El de Zumárraga es un tipo normal, que disfruta con su familia y que tiene aficiones más allá del fútbol como cualquier otra persona. Su carrera no ha sido fácil, pero a base de esfuerzo ha llegado a ser uno de los pilares del Athletic Club.
Empezó en el Urola, club de Zumárraga, pasando a la Real Sociedad en juveniles. A sus 18 años decidió marcharse a Alicante, muy a pesar de su madre. Él mismo ha llegado a confesar que fue una etapa dura en la que no le querían "ni en tercera". Por suerte, las cosas solo iban a mejorar desde entonces.
Continuó su carrera en el Getafe B donde se fogueó en Segunda B hasta que le llegó la oportunidad que le cambiaría la vida. En verano de 2012 fue cedido al Eibar tras regresar a la Real Sociedad. Después de dos préstamos consecutivos, el club armero apostó por él pagando 500.000 para quedárselo en propiedad. No se imaginaba todo lo que iba a vivir en Ipurua. Un ascenso a LaLiga SmartBank y otro a LaLiga Santander, donde acabaría firmando por el Athletic el pasado curso.
A pesar de estar afincado en la élite, Dani García no olvida su Zumárraga natal. Cuando militaba en el Eibar compaginaba su actividad de jugador profesional con ser el segundo entrenador del Urola en División Honor Regional. “El primer entrenador es de mi cuadrilla, y el preparador físico también, y me pidieron que les ayudase porque iba a estar otro segundo entrenador, pero que estuviese yo también” explicó en su momento.
También en el Urola entrenó a “infantiles, cadetes y juveniles con ficha de delegado". Terminó realmente quedado con los juveniles porque "me lo tomaba yo más en serio que ellos". El centrocampista es un proyecto de entrenador de cara al futuro. Ya tiene varios títulos y también afirmó que le gustaría sacar el de director deportivo. Eso sí, se ve más como segundo entrenador que como primero "porque son decisiones difíciles las que hay que tomar. Es algo que me gusta, cómo mandar en el campo”. No es extraño verle haciendo preguntas a sus entrenadores sobre la táctica y los sistemas. Lo hacía con Mendilibar para intentar aprender lo máximo de un buen entrenador como el de Zaldibar.
De niño, Dani García era un fan incondicional de Oliver y Benji. Como si de un ritual de tratara, a las 7:30 de la mañana acudía fielmente a su cita con el televisor para ver la serie ante la incredulidad de su padre. Además, sus compañeros le llamaban "Dani Melow" en referencia a un personaje del famoso anime. De hecho, entre su colección de camisetas tiene una de Dani Melow con el dorsal número 15.
De no haber sido futbolista, habría sido bombero o profesor de educación física. Fuera del campo disfruta escuchando las canciones de Leiva, pasando el tiempo con su perro "Manolito" y viendo los capítulos de Juego de Tronos, de la que se considera un "friki total". Su afición llega hasta el punto que ve los capítulos cuando se estrenan mundialmente, aunque eso conlleve levantarse a las cuatro de la mañana. Todo sea por no recibir spoilers de sus amigos.