San Mamés, novato en puertas cerradas, versado en clausuras

La crisis del coronavirus COVID-19 y la consiguiente medida adoptada por LaLiga Santander de disputar a puerta cerrada las dos próximas jornadas, 28 y 29, de Primera División, provocará que el Athletic Club juegue este domingo ante el Atlético de Madrid en San Mamés sin público, ni prensa. Un acontecimiento inédito en la Catedral, que hasta ahora nunca había vivido un partido bajo candado.

A lo largo de su historia, eso sí, el Athletic Club sufrió la clausura de San Mamés por sanciones deportivas y disciplinarias en cuatro ocasiones y tuvo que cumplir castigo jugando en el exilio.

La semifinal de Copa del 86

La vuelta de semifinales de la Copa del Rey de 86 frente al FC Barcelona acabó con la invasión de campo por parte de la afición rojiblanca, en protesta por la esperpéntica actuación del árbitro García de Loza, que precisó de intervención de la Policia Nacional y generó destrozos materiales y varios heridos, provocó el cierre de San Mamés de un partido de San Mamés. El siguiente encuentro de Liga, ante el Zaragoza se tuvo que disputar en el exilio del viejo Atotxa.

Lanzamiento de objetos a Buyo en 1990

La visita del Real Madrid a San Mamés en Real Madrid en 1990 estuvo protagonizada por los reiterados lanzamientos de objetos sobre el área de Buyo. Al minuto de juego, Ramos Marcos tuvo que interrumpir el partido por estos incidentes. Los jugadores del Athletic pidieron calma y por fin se pudo jugar el encuentro, que finalizó con victoria 1-0 (gol de Ernesto Valverde). Pero el club no se libró del cierre de San Mamés por un partido, que se volvió a jugar en Atotxa.

Un monedazo contra el árbitro en el 94

El petardo a Otto Konrad en 1997

El partido liguero entre el Athletic Club y el Real Zaragoza transcurría con normalidad cuando un petardo lanzado desde la grada alcanzó el portero visitante, el austríaco Otto Konrad. El jugador cayó al suelo y acabo en el hospital donde le detectaron una lesión en el ojo derecho. El club rojiblanco fue sancionado con el cierre de San Mamés durante dos encuentros y con una multa económica de un millón de pesetas. Finalmente, tras recurrir, sólo tuvo que cumplir un partido de sanción lejos de Bilbao, que se disputó en Anoeta.