Cómo cambia esta vida, ehh. Hace poco más de diez días la máxima preocupación de tantos y tantos seguidores del Athletic Club en la vida era pillar entrada para la final de Copa y ver salir, 36 años después, una gabarra triunfadora con nuestros leones por la Ría de Bilbao.
Dentro de las muchísimas iniciativas que se están siguiendo en esta pelea común por derrotar al coronavirus COVID-19, ha destacado desde el principio los aplausos que se dan a todos los sanitarios de Bizkaia cada día a las 20:00 horas, o los mensajes brillantes en la fachada de San Mamés.
Todas esas personas, mujeres y hombres, que pelean cada día por todos nosotros y que se juegan la suya bien merecen el respaldo de toda la sociedad. Son personas que cada día corren más riesgo en sus prácticas profesionales, como lo demuestran la cifra de personal sanitario infectado, con el dramático caso incluido de la enfermera de 52 años fallecida en el Hospital de Basurto.
Cuando todo esto acabe, que se acabará con victoria del ser humano, cualquier gesto será poco. Como dijo Winston Churchill en la Batalla de Inglaterra sobre la Royal Air Force: "Nunca tantos debieron tanto a tan pocos". Vaya por delante la petición de una gabarra para ellos como símbolo de homenaje a los campeones. Se la merecen.