Hace un mes, pero parece casi un siglo por todo lo que ha pasado desde esa fecha. El 1 de marzo el Athletic Club jugaba su último partido en San Mamés frente al Villarreal CF, una cita que llegaba en vísperas de la vuelta de semifinales de Copa ante el Granada CF y envuelta en un mar de dudas para los rojiblancos después de diez jornadas sin ganar.
En una tarde que comenzó con el 'zorionak zuri' al Txopo en el día de su 77 cumpleaños tocó sufrir y mucho contra el Submarino Amarillo. Fue un partido muy tenso y plagado de polémicas por la actuación de Medié Jiménez y las decisiones de Gil Manzano en el VAR. La labor del equipo arbitral no dejó contento a nadie, especialmente al técnico visitante, Javi Calleja, que explotó en la sala de prensa tachando de "escandaloso" el trabajo de los colegiados.
El partido se decidió a favor de los leones gracias a un penalti transformado por Raúl García al filo de la hora de encuentro en el que es hasta ahora el último gol que se ha cantado en La Catedral. Iñaki Williams pudo haber tenido ese honor, pero la pena máxima decretada por otra mano, en este caso de Raúl Albiol, lo detuvo Sergio Asenjo.
En un agónico final el Athletic logró amarrar tres puntos vitales, no solo para coger aire en una clasificación que ya empezaba a apretar, sino sobre todo de cara a ese encuentro de Los Cármenes cuatro días más tarde. El resto, ya lo conocen. La fiesta en Granada, no sin un sufrimiento extremo, y la contundente victoria en Zorrilla ante el Real Valladolid (1-4) antes del parón obligado por la crisis sanitaria del coronavirus del que aún desconocemos su final.