Hoy, después de tantos días encerrado en casa por el confinamiento ante la pandemia del coronavirus COVID-19, me vienen a la cabeza pensamientos de juventud y, cómo no, de fútbol. En mi memoria hay espacio para grandes amigos y grandes futbolistas, del Athletic Club y de otros clubes. Me formé como jugador en la campa del Carmen de Sestao. No sé por qué, pero en esa zona salían grandes jugadores. Podría dar muchos nombres, pero hoy me centraré tan solo en varios zurdos que me llamaron la atención.
Recuerdo uno un poco mayor que yo, a Gonzalo Beitia, luego muchos años en Lezama, y también a otros varios más jóvenes que yo, como por ejemplo a Fidel Uriarte sobre el que luego me extenderé con indisimulada devoción. Y un poco mas joven que yo y que el propio Fidel era Wilfredo Durango. Tres grandes zurdas, tres futbolistas con unas condiciones especiales.
Los zurdos siempre tienen un punto elegante, verdad. Aunque es justo decir que también salieron de allí muchos mas jugadores que llegaron luego arriba, como es el caso de Alin Uriarte, de Santibáñez, de Monje (portero) y yo mismo. Y todo esto entre Urbinaga y La Campa (Sestao). Tiene su mérito.
Muchos jóvenes no le conocen casi ni de oídas, así que me centraré en este relato de hoy en el más grande, Fidel. Uriarte fue un gran jugador, para mi el mejor interior de Europa en sus buenas temporadas; no recuerdo a nadie que sin ser delantero centro llegase a ser 'Pitxitxi' de LaLiga Santander como lo consiguió Fidel.
Les resumiré un poco nuestra historia común para no cansarles. Éramos amigos desde niños, yo jugaba en el juvenil del Sestao y Fidel iba a fichar con nosotros, pero esa temporada justo se creó el juvenil del Athletic. Además se dio la circunstancia de que jugaba conmigo en el juvenil del Sestao Txutxi Aranguren, al que también se lo llevó el Athletic que ese año formó, como les decía, un equipo juvenil.
Pero el protagonista aquí es Fidel. Suena a topicazo decirlo así, pero es que es la verdad, era un gran jugador y una gran persona. Casi como en un libro o una película les diré que fue el destino del fútbol el que nos separó. Ya que a mi después de la etapa en el Sestao se me traspasó al Real Oviedo mientras que Fidel siguió en el Athletic de su vida.
Con el conjunto de San Mamés fue haciendo una gran carrera como jugador, que es lo que en esencia era, un gran futbolista de equipo. En especial por las características de su juego que iban, como diseñadas al milímetro, perfectas para su escuadra, el Athletic.
Fidel tenia fuerza, técnica, potencia y un gran salto de cabeza, pero es que además de esas virtudes individuales trabajaba para el equipo. Fue internacional además de 'Pitxitxi'. Sinceramente nunca entenderé por qué salió del Club, este mito del Athletic; creo que todavía no se le ha homenajeado como se merecía y se merece.
Para mi Fidel ha sido el claro ejemplo de un jugador del pueblo. Todavía estamos a tiempo para darle lo que se merece como jugador y como persona, un hombre que defendió nuestros colores con entrega y amor.
Recuerdo ahora aquí en ElDesmarque lo que me decía un gran portero que lo sufrió en sus carnes, como era Manolo Vilanoba (gran guardameta del Real Zaragoza, Real Betis y otros muchos más equipos). Él me decía, una vez estando ya todos retirados del fútbol, '¿pero Ricardo, cómo puede ser que Fidel me metiera tres goles de cabeza en un partido en San Mamés? Saltando yo con el puño y el tío me ganaba cada vez la acción en el aire; tres goles me hizo, tres".
A mi no me quedaba más remedio que mirarle a los ojos, encogerme de hombros y decirle a mi querido Manolo: "Así era Fidel".