Dentro de los mil debates que ha generado la pandemia del coronavirus COVID-19, como las fases, los vigilantes de balcón, las fake news, etc... en el mundo del fútbol se habla de la falta de público, la frialdad de los goles sin abrazos o las concentraciones. Una medida muy habitual en el fútbol de antaño que muchos
consideran ahora obligatoria para que los jugadores, muy controlados médicamente, estén protegidos casi al 100% contra el virus. Pero entre los futbolistas parece que no cala. Después del sacrificio de bajarse los sueldos, lo de estar un mes o más alejados de sus familias para disputar las once jornadas de LaLiga Santander como que no gusta. Cuando Pep Guardiola inició su carrera como técnico fue dejando de lado las concentraciones o el viajar un día o dos antes del encuentro. En Bilbao, por contra, Marcelo Bielsa era un furibundo de tener a su plantilla focalizada sólo en el partido.
Según informaba COPE días atrás, la Comisión Delegada de LaLiga ha aprobado retrasar las concentraciones de los jugadores en la fase de entrenamientos. Estas concentraciones, que habían provocado una gran polémica porque los jugadores no querían hacerlas, estaban previstas -según protocolo- desde este lunes 18 mayo.
"Sé que era un tema muy sensible en los jugadores, a raíz de los resultados que hemos tenido en los test vamos a retrasar por ahora la concentración de la semana que viene, la que empezaba el día 18, no va a ser obligatoria", explicaba el presidente Javier Tebas.
En ElDesmarque Bizkaia históricos del Athletic Club, como Estanislao Argote, nos han desvelado su opinión. El zurdo de Zarautz apunta que "en nuestra época era normal que nos concentrarán los días antes de cada partido y formaba parte de nuestra vida. Siempre había algunos jugadores que eso de concentrarnos lo llevaban peor, pero en lineas generales era una costumbre a la que nos amoldábamos bien".
"Los tiempos han cambiado y pienso que tampoco hace falta que haya tanto confinamiento como antes, ya que por ejemplo antes se viajaba el día anterior y ahora muchas veces se hace el mismo día. Por eso digo que después de tantos años de diferencia es normal que haya diferentes criterios", explica.
"Alguna de las anécdotas que ocurrían en Lezama durante los días de concentración eran, por ejemplo, que aparecían algunos coches en los campos de entrenamiento. O que al ir a la habitación, al abrir la puerta, se caía porque algunos jugadores eran muy bromistas y se dedicaban a quitar las bisagras de las puertas,... y ¡catapum!, se desplomaban al suelo (risas). Y menuda gracia que era para los dos que dormían en esa habitación", relata divertido Argote.
Otro zurdo inmortal del once de la gabarra era Andoni Goikoetxea. El excentral de Alonsotegi recuerda que "antes íbamos a Lezama, cuando era la residencia, con dos camas por habitación y allí estábamos 15 o 20 días". "Lo que ahora se les pide, ya que lo más importante es la salud, es que se concentren para acabar LaLiga airosamente", destaca.
"Ahora ya se van abriendo puertas, hay más movilidad,... Creo que cada equipo debería decidir que es lo que mejor le puede venir. Si el Athletic ve bien una concentración masiva de jugadores sin contactos externos y con unas normas para que no haya posibilidad de contagio me parece bien. Y si sólo es prepartido también vale. Todos los equipos tienen grandes Servicios Médicos y Sanidad también da sus protocolos, cada uno que decida qué es lo más normal para ellos", avisa.
"Lo que es importante es empezar a jugar al fútbol, como hemos visto en Alemania, aunque sea con la anormalidad de jugar sin público, algo que al Athletic no le viene muy bien, su afición es importantísima, pero a ver cómo va la cosa según vaya aconteciendo", dice Goiko esperanzado.
Por último tira de memoria para el terreno de las anécdotas. "La más graciosa fue la de un sábado a la noche cuando apareció un coche de un jugador aparcado en mitad del centro del campo, y al ir a empezar a entrenar el domingo nos dio la risa. Clemente alucinaba jajaja. Seguro que Isma Urtubi andaba por ahí,...", se ríe.
Algo más joven que ellos dos es Andoni Lakabeg. Para el exdefensa bilbaíno esos encierros no son santo de su devoción. “Yo no soy mucho de concentraciones en general”, admite, “en momentos puntuales tampoco creo que sean lo mejor ya que si no te has concentrado en todo el año para mi es mejor no romper la rutina”.
“Dicho esto, Lezama daba mucho juego porque a cada uno le afectaba de forma diferente la concentración, algunos estaban como leones enjaulados y otros como si nada...”, cuenta a ElDesmarque.
Carlos Ruiz, el que fuera Trofeo Pichichi, está feliz porque "por fin he podido ver a mi nieto". El doctor nos explica que "recuerdo que nosotros empezamos las concentraciones con Milorad Pavic, y que eran de unos 10 días como mínimo".
"Nos levantábamos a las 7:00 de la mañana para dar una vuelta por el monte y luego, después de ducharnos y desayunar, nos poníamos a hacer físico. Luego a la tarde hacíamos otro entrenamiento pero ya con balón. La verdad es que si no habías hecho algo durante tus vacaciones se hacía duro, andabas como pisando huevos y te dolía todo, pero creo que era un método bastante bueno“, destaca.
En cuanto a la actualidad con el coronavirus lo tiene claro. “La verdad que es un tema complicado, las medidas de seguridad no son sencillas. Pero entiendo que el hotel en el que se alojan los futbolistas lo van a condicionar para que estén muy bien, tendrán mamparas, habrá desinfección, y tendrán, seguro, controles específicos".
"Lo cierto es qué tal como están las cosas hay que extremar la prudencia para no meter la pata. Pero entiendo que a nivel deportivo si los riesgos están muy controlados todo eso redundará en beneficio del fútbol y del propio deporte", avanza Carlos Ruiz.
En Marca, Rafa Alkorta, actual director deportivo, contaba sobre la del Mundial de Estados Unidos con la Selección. "Fue la más larga porque antes de ir a Chicago estuvimos muchos días en Puente Viesgo. Eran amenas porque el grupo era divertido y porque Javier Clemente no era estricto en el tiempo libre que teníamos", explica, "nos encantaban el hotel y la comida".
"En América también estuvimos genial. Estábamos todo el día haciendo tertulias, jugando a las cartas y también hacíamos escapadas a la ciudad porque teníamos bastante tiempo libre. Yo compartía habitación con Fernando Hierro. Los recuerdos no son malos. En los Mundiales teníamos a las familias cerca, incluso después de algún partido podíamos estar con ellos", recuerda.
"Pero las concentraciones más divertidas eran en Valencia. Cuando venía Camarasa y Jiménez podía pasar cualquier cosa, estaban todo el día ideando putaditas. Podían aparecer vestidos de payasos en el ascensor para pegarte un susto de muerte. Cuando estaba Claudio Barragán también era un show, nos reíamos mucho. Unos fenómenos", dice el de Indautxu.