Mi primera vez en San Mamés: Mi idilio con La Catedral
La verdad es que no tengo un recuerdo claro y nítido de la primera vez en la que mis ojos vieron el precioso verde de La Catedral. Nuestro San Mamés. Podría ser que fuera contra el Elche. Un 3-0 a favor de los Leones, con dos bakalaos de Carlos y Guisasola, de uno de aquellos famosos Guisasolazos. Al margen de que esté en lo cierto o no, lo que sí son muy ciertos son los muchos recuerdos que guardo de niño con mi querido Athletic Club y de todo lo que rodea a un amor sincero, incondicional. Fruto de una gran pasión por algo tan nuestro y tan de Bilbao.
Recuerdo aquellas alineaciones de los años 70. Con el Txopo en la portería, una banda izquierda con Escalza y el mítico Txetxu Rojo, Guisasola como central robusto, un Dani con su estilo tan peculiar, y con Carlos de ariete, nuestro último Pichichi.
Ahh, y aquellas colecciones de cromos, bajando a la Plaza Nueva los domingos a cambiar. 'Pasa…pasa… pasa'… ¡qué recuerdos! Aún veo aquellas colas, donde nos agolpábamos ”más gente que en la guerra”, tan mal gestionadas, debajo del puente del Arenal. Justo enfrente del Teatro Arriaga.
Siempre se producían avalanchas, donde los más fuertes se colaban y se producían situaciones de mucha tensión. Siendo ahí siempre los más txikis los más perjudicados, perdiendo nuestro sitio y volviendo a casa con la sensación de que éramos más “tontos que Abundio. Eso sí, con la entrada en el bolsillo… ¡Era el gran tesoro!
Cuando conseguíamos entrada, al principio era para General cubierta. Íbamos pronto para poder coger sitio en una de las dos esquinas donde había una especie de muro que hacía como de plataforma para ver mejor. Recuerdo partidos con la gran hinchada del Sporting de Gijón. ¡Qué buena afición!
Entrar pronto, respirar el olor a la fantástica hierba de San Mamés, que parecía una alfombra. Ver el campo vacío. Quedarte abobado con todo lo que suponía estar en la casa de tu equipo, del Athletic Club, en tu casa. En aquel entonces no se realizaban los calentamientos que se realizan ahora. Lo que sí recuerdo con nitidez es cuando Iribar, por una de las salidas desde uno de los córners, lanzaba los balones antes de salir ya para disputar el partido.
La anécdota del autógrafo de Iribar en San Mamés
Cuando todavía no existían las vallas, en un descanso salté justo antes de empezar la segunda parte a conseguir un autógrafo de Iribar. El Txopo me lo firmó con mucho cariño, y el árbitro, tuvo que demorar el inicio de la reanudación del partido. Volví a mi sitio con aplausos del respetable. ¡Inolvidable!
Esta situación se pudo dar ya que de la General cubierta se pasó al triangulito de los niños y militares. Y porque unos primos estudiaban en La Salle de Deusto, y tenían un profesor de gimnasia que les pasaba invitaciones para ir a San Mamés.
El miércoles por la noche (entiendo que porque les daría clase ese día) llamábamos a casa de los primos, y si tenían invitaciones, ¡el domingo a San Mames! Si era así, solíamos ir a comer a casa de los tíos a Deusto.
Pasábamos el bote de Olabeaga, y subíamos a San Mamés llenos de ilusión y felicidad. Mis primos ya eran socios, de Preferencia Gol Norte. Era de pie… y por eso pude saltar a lograr el ansiado autógrafo del histórico Iribar.
Si no se daba el caso, recuerdo perfectamente que bajamos andando desde Santutxu, siendo unos niños y subíamos en el Azulito (autobús). Se cogía en galerías Isalo, y su precio era de 19 de las extintas pesetas. La entrada costaba 25 pesetas a su vez. Es decir, que si bajabas y subías en el Azulito… ¡era más caro que la entrada a San Mames! Curioso…
Recuerdo también cuando se inauguró el Himno actual. Ganamos 4-0 al Valencia CF. O que estuve presente en el Inglaterra 1-0 Kuwait del Mundial 82, ya con la remodelación hecha. En el año 90 me hice abonado de preferencia Este, y al año siguiente, en abril del 91, me hice socio del Histórico. Otro día de gran emoción para mi.
Hoy es el día en el que las cosas han cambiado y mucho. No voy a decir que tiempos pasados fueron mejores… pero creo que a mí me seducían más. Como última anécdota, deciros que cada vez que entro a La Catedral me santiguo con la fe de que nuestro Athletic Club se lleve el triunfo.
Athletic Beti Zurekin!
Y a los demás, les perdonamos la envidia.
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