El 1 de junio de 2019, hace justo un año de calendario, se contaba que a Fernando Llorente se le resistía la Champions League. El exjugador del Athletic Club había perdido la final ante el Liverpool por 0-2 en Madrid. Era ya la segunda final de que pierde en esta máxima competición continental tras caer en 2015 ante el FC Barcelona.
El riojano había ingresado en los últimos minutos del partido y la verdad es que las crónicas concuerdan en que no había desentonado para nada. Había ganando varios balones por arriba, si bien la verdad es que no había podido llegar a disparar ni una sola vez a la portería rival.
Lo que nadie le puede quitar es que Llorente había jugado un papel vital en esa Champions. Su aportación cuando Kane había estado lesionado ha resultado determinante para llevar a los londinenses a la gran final. Su gol en Manchester o su salida al campo en Amsterdam han sido los dos momentos más destacables de su andadura en esta pasada Liga de Campeones.
La anterior al impacto de la pandemia del coronavirus COVID-19. La misma por la que le tocaba llorar por una nueva derrota en la que era la primera final para los de Pochettino. Tuvieron un gran recorrido pero no lograron frenar a la máquina de Jurgen Klopp.
Un Fernando Llorente que parece podría salir del Nápoles, su actual equipo, si bien está bastante claro que las puertas de San Mamés para un posible retorno las tiene cerradas. Se habla de una posible cesión por 2.5 millones de euros y hasta se cita entre los interesados a la Real Sociedad.