Nada más ver la alineación revolucionaria de Gaizka Garitano para medirse en San Mamés al Sevilla FC este sábado, lo primero que llamó la atención fue la suplencia de dos hombres, bajos de talla, pero de mucho peso teóricamente en el primer equipo del Athletic Club de Bilbao. Son lo que se conoce como los jugones.
Destaca sobremanera la suplencia -que se pedía a gritos- del capitán, Iker Muniain, que en los seis encuentros disputados hasta la fecha de LaLiga Santander la verdad es que no había encontrado ni su juego, ni la asociación con sus compañeros, ni su sitio en el campo. Eso por mucho que el técnico diga que no juega en banda sino que parte desde allí.
Tampoco el de la Txantrea había dado resultado por dentro ni ha sido capaz de marcar en ningún partido. Ante los de Julen Lopetegui Garitano optaba por dar las bandas a hombres frescos, rápidos y con características más ajustadas a esa complicada posición en el terreno de juego como eran Jon Morcillo y el recién fichado Álex Berenguer.
"Con garra, con pasión y con energía en los últimos minutos le hemos dado la vuelta al partido", añadió Iker Muniain que dedicaba el gol "a mi padre".
Pero el fútbol es así, Iker marcaba hoy un golazo en estrategia y de la misma se le vieron los mejores minutos suyos del curso, sin Rulo por cierto, ya en el campo.
Por su parte Unai López alterna luces con sombras, a sus dos goles en Ipurua ante la SD Eibar sumaba sin embargo la opacidad en las dos siguientes jornadas ante Levante UD y CA Osasuna lo que le ha llevado hoy a la suplencia. Su plaza fue para el joven canterano de Getxo Oier Zarraga, una de las peticiones mayoritarias de la masa social del club bilbaíno.
Garitano confías en los jóvenes?