"Mis abuelos llevan 50 años en Bilbao, mi madre (portuguesa) se crió en Bilbao y yo llegué con tres años, me marché y volví con ocho. Perfectamente podría jugar con Euskal Selekzioa, me siento vasco al 100%", avanza Yanis Mouloud Rahmani Cordeiro (Champigny-sur-Marne, Francia, 1995) en una entrevista concedida a los compañeros de ElDesmarque Málaga.
Un Yanis que ahora milita en el conjunto de la Costa del Sol pero que tiene una espina clavada en su carrera futbolística. "No te voy a mentir. Cuando tú pasas de alevín hasta cumplir los 19-20 años perteneciendo al Athletic Club, aunque estuviera cedido, sigues con esa esperanza de que te llamen para el filial", admite.
"Siempre quise jugar ahí, pienso que tenía muchas cosas que demostrar y mejorar. Con el paso del tiempo se ha visto que he llegado hasta un club como el Málaga CF y eso no es casualidad. No es regalado, sobre todo. El camino ha sido difícil para llegar: he jugado con jugadores muy buenos que por una cosa u otra no han podido llegar hasta aquí".
- Dijo antes que no lo tuvo fácil en su carrera, ¿por qué?
Llegué a España con ocho años. Al principio bien, entré en el Athletic jovencito pero desde muy pronto empecé con lesiones en las rodillas. Tenía problemas en cuanto a genética, no tenía ligamentos. Era casi siempre un año jugando y otro no. Luego tuve otras lesiones. En épocas de juveniles no contaron tanto conmigo y estuve bastantes años cedido en Segunda B.
- Muchas cesiones y muy joven, además...
Con 19 años salí cedido, lo hice bien en el Sestao en un equipo que tenía que ser puntero. En ninguno de los años del Athletic se contó conmigo. Salí al Tudelano y estuve seis meses sin jugar. Salí el último día de mercado, después fui a la SD Leioa a empezar de cero.
Allí fui importante para salvar el equipo, pero en el Athletic no contaron conmigo y salí de nuevo al Sestao. Tres años seguidos de un lado para otro, jugando a un fútbol que no era tan beneficioso para mí. Me busqué las habichuelas y adapté mi fútbol.
- Sin el fútbol callejero no sería Yanis Rahmani...
Por eso hay épocas en las que no he podido dar lo mejor de mí. Cuando más cómodo me siento es cuando puedo hacer mi fútbol. Un fútbol en el que se me permita fallar, que se me permite jugármela. Jugar a lo mío, como es un poco el fútbol callejero. Estar libre en el campo, sentir que te permiten fallar. Es cuando creo que he sacado mi mejor versión y cuando he aportado mucho en los equipos.
Por ejemplo en el Mirandés creo que aporté mucho. En el Lugo, aunque no fue una temporada fácil, hay fases en las que lo hice muy bien. Este año intento hacerlo lo mejor posible en el Málaga.
- ¿Cómo le llega la llamada del Athletic?
Jugaba en el Sestao y luego en el San Pedro, que eran vecinos y equipos rivales. Me marché de uno a otro porque no me dejaron tirar una falta. Era bastante peculiar de pequeño.
"Me fui de un equipo de Sestao al otro porque no me dejaron tirar una falta"
- ¿Un poco rebelde?
Demasiado rebelde (risas). Me marché al equipo rival porque un amigo de mi hermano y de mi primo era el entrenador. Allí me salí, era un espectáculo cada partido. Después de un partido me vino el coordinador del club y me dijo que todos los lunes tenía que ir a hacer las pruebas con el Athletic. Nos llevaron, hice las pruebas durante tres o cuatro meses y de todos aquellos jugadores sólo me escogieron a mí.
- ¿Qué recuerda de Lezama? ¿Impresiona el cambio?
Entré en alevín de primer año, muy pequeño. La mochila era más grande que yo, yendo a entrenar y llegando a las 10 a casa porque iba en bus. El primer año paré casi todo por un problema en la rodilla. Aprendí mucho, cada año me sentí mejor. El Athletic aportó a mi vida educación futbolística y fuera del fútbol.
Me sacó de mi barrio, me llevaron a un colegio privado y eso me ayudó mucho a madurar, a seguir con mis estudios. Si hubiera seguido en el colegio de mi barrio no hubiera sido tan serio. El Athletic hace muchísimo hincapié en la educación del jugador.
- El difícil mundo de la Segunda B o la Tercera...
Te pongo un ejemplo. El año pasado asciende el Mirandés y ahora demuestran que son muy buenos en LaLiga SmartBank. Pero si no hubieran ascendido, muchos jugadores no hubieran jugado en Segunda. Hay jugadores muy buenos en Segunda B que si no es por un ascenso no tocan la Segunda División. Y el resultado es el que es en el Mirandés, lo ve todo el mundo. Llegan y lo hacen bien o incluso mejor que jugadores que llevan mucho tiempo en Segunda. Por eso es difícil este camino, porque aunque valgas tienen que pasar ciertas cosas para que llegues al fútbol profesional.
Este chaval coincidió contemporáneo con mi hijo desde alevines.Mi hijo en el Getxo y el Athletic, por circunstancias de su vida y su familia era un jugador anárquico, pero magnífico jugador,con el tiempo ha ido madurando y creo que el Athletic debería darle una segunda oportunidad.Porque es Athletic de corazón y gran jugador.