El Athletic Club ya tiene un camino distinto hacia las victorias. Quizás a la desesperada o porque ya no cabía otra opción pero lo cierto es que Gaizka Garitano ha abierto su abanico de posibilidades desde el banquillo rojiblanco. Todos los entrenadores tienen su forma de ver el fútbol y de plantear la disposición y la actitud de un equipo sobre el terreno de juego, pero los entrenadores que tienen la facilidad de adaptar esa idea al tipo de jugadores y de opciones que estos le presentan tienen más posibilidades de hacerse grandes dentro de un club.
Garitano frente al Real Betis cambió la imagen del equipo rojiblanco sobre el terreno de juego. No solo fue un cambio de nombres, que evidentemente generan una disposición y forma de juego diferentes, sino que lo que se transmitía desde el banquillo también creo que fue en otra línea. Me gustó la apuesta del entrenador cuando la espada le apuntaba al cuello y la pared la tenía justo detrás.
Una pena que haya tenido que llegar a esa situación para ver que podían pasar cosas diferentes sobre el terreno de juego si el concepto "defensa pase lo que pase" desaparecía de su mente. Porque lo bonito del fútbol muchas veces es ganar pero siempre el intentarlo de una manera vistosa, sólida y dinámica.
El Athletic se ha visto que puede mirar hacia la portería contraria, qué es capaz de dominar un partido desde el ataque y no a base de tener la posesión sumando porcentaje y minutos de la misma en la zona del mediocentro defensivo o de la defensa. Ver que los jugadores miraban hacia adelante cuando cogían el balón, buscaban la banda y el desdoble por la misma, que cada uno estaba en su sitio y que Villalibre, un delantero centro de referencia, por fin jugaba de titular fue una auténtica alegría.
Mantener la apuesta en Getafe quiero creer que fue un cambio de tendencia definitivo en lo que a imagen se refiere dentro del campo para el conjunto rojiblanco.
La primera parte frente al Getafe CF creo que se puede considerar buena dentro de lo difíciles que pone los partidos el equipo de Bordalás. La segunda se asemejó más a otras conocidas por parte del equipo rojiblanco, pero es que los madrileños no dan muchas concesiones a la vistosidad de los partidos. El camino en cualquier caso quedó marcado para la fase más difícil de la temporada.
Dos partidos seguidos en los que el equipo transmitiese confianza, no se pedía más, y quizás con el partido del Betis y del Getafe estemos ante un punto de inflexión. Porque en Madrid el Athletic tampoco dejó de mirar a la portería contraria, que era algo muy habitual en partidos que transitaban por la zona del empate o la victoria pírrica. No pudieron tener muchas ocasiones pero no sé colgaron del larguero como único recurso. Se agradece.
Sigue teniendo a sus pesos pesados, que seguirán siendo trascendentales, pero ahora también tiene a unos jóvenes que quieren formar parte de la historia de esta temporada. Y tiene a un entrenador que sabe que cuenta con ambos bloques, que bien combinados pueden modificar la trayectoria y hacer un buen papel este año.
Además tiene margen, su puesto ya no está en cuestión. Desde esa tranquilidad general, confío en que en los próximos partidos el Athletic afiance el lugar que le corresponde en cuanto a fútbol, victorias y posición en la clasificación.
Lo ha hecho por obligación no por devoción garitano no vale para el athletic