Ni Federer ni Djokovic ni Nadal: Garitano, rey del match ball

La vida actual del entrenador del Athletic Club, Gaizka Garitano, es un ejercicio de supervivencia en el cargo. Cual equilibrista del Circo del Sol vive en el alambre en cada jornada. Está en ese punto en el que el mínimo tropiezo le llevaría al abismo. Y lo sabe. Hay una mezcla de resultados, decisiones y declaraciones que hacen vislumbrar que bajo ese alambre que le sustenta hay un mar de lava en ebullición.

Tiene que resultar insoportable esa acumulación de finales. Porque más allá de esas frases hechas de que "dentro estamos muy bien" o de que "no leo nada...", respecto a las críticas, etc... parece que sí que leen, o al menos les cuentan, y por eso se cabrean en rueda de prensa.

Otro aspecto inquietante de la indefinición en torno a su persona es el empoderamiento del vestuario. Aparte del sainete vivido en torno a Fernando Llorente no parecen unas buenas cartas en la mano que los futbolistas sepan que el míster puede caer con cualquier derrota. Y menos mal que aquí siempre se habla de lo sana que es esa caseta.

La enorme resiliencia de Garitano

¿Pero cómo negar que el de Derio es un experto en salvar match balls? Si debería estar en las listas de la ATP con Nole, Roger y Rafa Nadal. En lo que va de campaña ha salvado el tupé en varias ocasiones. Siendo la más sonada la de la noche del Celta de Vigo en la que no hizo falta ni público ni pañuelos. La propia Junta Directiva de Aitor Elizegi vivió un pulso de lo más acalorado.

Gaizka se salvó de milagro, pero al menos en varias ocasiones el botón del asiento eyector notaba que había un dedo índice bailando encima suyo. Y eso que el presidente y el director deportivo, Rafa Alkorta, no estaban por la labor de dar los códigos de acceso a la palanquita.

Este martes ante el Villarreal CF viviremos un nuevo capítulo de esta trama. Lo de basar la última salvación in extremis en Kenan Kodro, que acumulaba 12 minutos de juego, fue una genialidad digna de Jon Favreau en la serie 'The Mandalorian'. ¿Había algo más inesperado que eso? A ver qué giro de guión nos espera ahora en La Cerámica...